The St. Regis New York, uno de los hoteles más icónicos de Manhattan, celebra su 120 aniversario este otoño con la finalización de una impresionante renovación que combina el glamour clásico con una sofisticación moderna.
Este aniversario no solo marca un hito en la historia del hotel, sino que también subraya su capacidad para adaptarse a los tiempos sin perder su esencia.
La reforma, dirigida por la prestigiosa firma Champalimaud Design, ha transformado sus espacios comunes más emblemáticos, como el vestíbulo y el legendario King Cole Bar, para recibir a una nueva generación de huéspedes de lujo.
Desde su apertura en 1904 por el magnate John Jacob Astor IV, The St. Regis New York ha sido testigo y parte de algunos de los momentos más memorables de la vida social y cultural de Nueva York. Desde la invención del cóctel Bloody Mary en su bar hasta legendarias actuaciones de jazz en su terraza, el hotel ha sido un punto de referencia para figuras icónicas como Salvador Dalí, Marilyn Monroe, y muchas otras personalidades de renombre que han pasado por sus puertas.
Con su impresionante arquitectura Beaux-Arts y una ubicación privilegiada en la Quinta Avenida, el hotel rápidamente se convirtió en un símbolo de glamour y exclusividad.
El St. Regis también ha jugado un papel fundamental en la historia de la moda, el arte y la sociedad neoyorquina. Su salón de baile ha sido escenario de fastuosas galas y recepciones, y el hotel ha aparecido en numerosas películas y series de televisión, consolidando su estatus como un ícono cultural.
La renovación ha modernizado sus espacios con una paleta de tonos esmeralda y rosa, manteniendo detalles clásicos como los candelabros originales de Tiffany. Entre las novedades destaca La Maisonette, un elegante salón que ofrece desayunos y tés por la tarde, retomando una tradición instaurada por Caroline Astor, madre del fundador.
El King Cole Bar, famoso por su mural de Maxfield Parrish, también ha sido actualizado, ofreciendo un ambiente más cálido y sofisticado sin perder su esencia histórica.
RENOVACIÓN PARA EL SIGLO XXI.
Con motivo de su 120 aniversario, el hotel neoyorkino ha realizado una transformación que combina a la perfección su rica historia con un diseño contemporáneo pensado para satisfacer las expectativas de los viajeros modernos. La renovación ha sido liderada por Champalimaud Design, una firma internacionalmente aclamada por sus proyectos de lujo en hoteles de renombre.
El objetivo principal de la renovación ha sido revitalizar los espacios públicos del hotel, como el vestíbulo y el King Cole Bar, sin perder el carácter histórico que los ha definido durante más de un siglo.
Uno de los puntos focales de la renovación ha sido el vestíbulo del St. Regis, que ha sido completamente transformado para ofrecer una experiencia más acogedora y elegante desde el momento en que los huéspedes cruzan sus icónicas puertas giratorias doradas. Las ventanas exteriores originales de 1905, descubiertas durante el proceso de renovación, han sido restauradas y ahora incorporan una vidriera inspirada en el diseño original de Tiffany & Co.
Una de las características más destacadas del vestíbulo renovado es su nuevo diseño de planta abierta, que amplía la sensación de espacio y fluidez.
La zona de conserjería, ubicada en un área especialmente diseñada, está adornada con paredes pintadas a mano en color aguamarina, con motivos que evocan los famosos murales del hotel de la década de 1920, una colaboración con la firma de diseño de Gournay.
KING COLE BAR: UN ICONO REINVENTADO.
El King Cole Bar, quizás el espacio más legendario del St. Regis, ha sido el epicentro de la vida social neoyorquina durante décadas. Conocido por ser el lugar donde se inventó el cóctel Bloody Mary, este bar ha acogido a generaciones de huéspedes que buscan un ambiente exclusivo y sofisticado.
La renovación ha conservado su esencia histórica, manteniendo el famoso mural de Maxfield Parrish, que representa al Rey Cole, pero introduciendo toques modernos que revitalizan el espacio. .
Una de las adiciones más esperadas tras la renovación es la Maisonette, un nuevo restaurante que ofrece desayunos, almuerzos y meriendas en un ambiente elegante y luminoso. Inspirado en la sala de desayunos original del hotel de la década de 1910, La Maisonette ha sido diseñada con un estilo que evoca la sensación de un pabellón al aire libre, gracias a sus blancas paredes y una claraboya que inunda el espacio de luz natural.
Durante las tardes, La Maisonette se transforma en un salón de té, continuando la tradición iniciada por Caroline Astor, quien solía recibir a sus distinguidos invitados en elaborados servicios de té en el hotel.
El restaurante principal del vestíbulo, The Drawing Room, ha sido completamente rediseñado para ofrecer una experiencia gastronómica con todo el lujo. El espacio está decorado con detalles que evocan el estilo de Caroline Astor, como bordados y flecos inspirados en sus vestidos y joyas. También cuenta con un salón adyacente que ofrece un espacio ideal para grupos
Una característica única de este espacio es la exposición de la colección privada de libros original de la Biblioteca Astor, que ha sido restaurada y ahora se muestra en estanterías de madera oscura, aportando un toque histórico al entorno moderno.