Nippon Steel habría vuelto a presentar oficialmente su propuesta de compra de US Steel después de que el Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (Cfius) concediese la semana pasada una prórroga a la revisión de dicha operación, que la Casa Blanca estaría ya preparándose para vetar.
Aunque el organismo tenía hasta el 23 de septiembre para pronunciarse sobre la adquisición, el Cfius autorizó a la siderúrgica nipona a retirar y presentar de nuevo el acuerdo. Esto pondría a cero el reloj de 90 días que el organismo tiene para avalar o no la fusión, lo que podría aplazar su veredicto hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre, según la agencia ‘Reuters’.
Ya a principios de mes trascendió que el presidente Joe Biden se disponía a bloquear la transacción de 14.100 millones de dólares (12.636 millones de euros) tras, según el ‘Financial Times’, haber informado el propio Cfius a la compañía japonesa de que existían problemas de seguridad nacional que no podían ser mitigados por ninguna de las partes.
La firma asiática, no obstante, aseguró que no había recibido por entonces ninguna actualización sobre el caso por parte del Cfius, al tiempo que recordó que siempre ha rechazado que se esté poniendo en jaque la seguridad nacional de EE.UU.
«Nippon Steel cree firmemente que el Gobierno de Estados Unidos debe gestionar adecuadamente los procedimientos sobre este asunto de acuerdo con la ley», afirmó mediante un comunicado.
CIERRE DE PLANTAS
US Steel ya ha avisado de que, en caso de que descarrile la venta, tendrán que cerrar plantas y probablemente trasladar su sede, sita actualmente en Pittsburg (Pensilvania).
Su propio consejero delegado, David Burritt, recordó que Nippon Steel ha prometido invertir cerca de 3.000 millones de dólares (2.688 millones de euros) para modernizar las fábricas del grupo equipadas con tecnología obsoleta y que serían claves para mantener competitividad y empleos. «No lo haríamos si el acuerdo fracasa», reconoció Burritt. «No tengo el dinero», añadió.
El directivo realizó estas declaraciones al poco de que la vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata a la presidencia en las elecciones, Kamala Harris, se posicionase en contra de la compra, tras afirmar que US Steel «debía permanecer en manos norteamericanas». El expresidente Donald Trump ha llegado a pedir su veto directamente.