El 15 de mayo de 1969, día de San Isidro, patrón de Madrid, 50.000 chulapos y chulapas cambiaron de rumbo, dejaron de lado la Pradera y se encaminaron a la Casa de Campo para sustituir el chotis por la adrenalina del Parque de Atracciones, que ponía en marcha su maquinaria por primera vez. Comenzaba una nueva etapa en la forma de ocio de los madrileños y los españoles en general, ávidos como nadie de diversión y alegría tras una larga dictadura de la que se empezaba a vislumbrar su final.
Desde entonces, el Parque de Atracciones ha recibido a más de cien millones de visitantes y pasado por diferentes etapas en las que ha evolucionado al mismo ritmo de aquellos niños que, años más tarde, volverían a visitarlo convertidos ya en padres, con sus propios hijos de la mano.
Una transformación que se ha dado también a nivel de negocio, ya que el Parque de Atracciones fue la primera piedra de lo que hoy es Parques Reunidos, una compañía que ha pasado de ser un negocio desarrollado básicamente para España a un destacado operador internacional que cuenta con más de sesenta complejos (temáticos, zoológicos, acuáticos…) en países de Europa, Norteamérica, Oriente Medio y Australia. Entre ellos hay de todo, muchos de ellos más nuevos, grandes o incluso glamourosos que el de Madrid. Pero éste fue el pionero y ese orgullo nadie se lo va a poder arrebatar jamás; eso es algo que no se puede igual ni comprando la montaña rusa más grande del mundo.
Adrenalina de ayer y hoy
Y hablando de montañas rusas, la primera construida en España fue la emblemática 7 Picos que por entonces era una de las mayores de Europa, y que aunque se retiró en el año 2005 para dar cabida a nuevas atracciones, aún hoy continúa expuesto uno de sus vagones. Pero hubo muchas otras atracciones emblemáticas, como el Barco Mississipi, las Alfombras Mágicas, el Viejo Caserón, el Tiovivo o el Top Spin (estas dos últimas siguen en activo).
A lo largo del tiempo, las atracciones han ido siendo adaptadas y reemplazadas y las mismas emociones que vivimos en la vieja 7 Picos hoy se experimentan en las montañas rusas de última generación como Abismo, con una altura de 49 metros y una velocidad de 100km/h. Otros preferirán la sensación de puenting de La Lanzadera, con una caída libre a 80 km/h desde 63 metros de altura, o la locura del Tornado, con sus trepidantes loopings, giros, subidas y bajadas. Sin olvidar La Máquina, las Sillas Voladoras o el Tifón. Y ahora que estamos a las puertas del verano, cobran protagonismo las de agua, como los Rápidos, los Fiordos o el Aserradero. Y así hasta las más de treinta que lo componen en la actualidad.
Aunque más allá de las atracciones, el Parque se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos y se ha empeñado en ir mejorando paulativamente la experiencia de sus clientes, siendo los más pequeños sus más ilustres visitantes. Por eso se unió estratégicamente en 2014 con la marca de entretenimiento infantil Nickelodeon con el objetivo de crear una zona tematizada de gran popularidad. De este modo, las que fueron mascotas inolvidables como Napy o Trasto han dado paso a personajes como de La Patrulla Canina y su montaña rusa, Bob Esponja en la piña más famosa de Fondo Bikini o Dora la Exploradora.
Otro aspecto en el que los responsables del Parque de Atracciones también han puesto el foco es en la gastronomía, a través de la renovación constante de su oferta en los últimos cincuenta años. Y aunque algunas de sus atracciones pueden dejarnos el estómago del revés durante un rato, una vez recuperados del mareo es recomendable pasarse por el nuevo Mercado de San Isidro, uno de los muchos puntos de restauración, donde se ofrecen platos típicos de Madrid a través de una carta diseñada y elaborada por el chef Mario Sandoval (dos estrellas Michelin), en la que presenta una variedad de recetas adaptadas a cada tipo de público.
El ‘show’ debe continuar
Con motivo de la celebración de su cincuenta aniversario, el Parque de Atracciones ha organizado una serie de acciones conmemorativas, como una exposición de fotos históricas para verano o nuevos espectáculos musicales para toda la familia. Pero ante todo destaca la reapertura del Gran Teatro Auditorio, espacio que reunió durante las décadas de los ochenta y noventa a numerosos artistas de la escena musical, y que tras una gran remodelación se convierte en un espacio ideal para la celebración de espectáculos, conciertos y eventos empresariales. Esas mismas tablas que en su día pisaron Julio Iglesias, Massiel, Raphael, Rocío Durcal, Alaska, Camilo Sexto, Tequila, El Fary, Paloma San Basilio, Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos, Mecano o Miguel Bosé, entre otros muchos, se volverán a llenar de música. Es posible que muchos de los artistas que se subirán a ese escenario en los próximos cincuenta años aún no hayan sido descubiertos por ninguna discográfica o que incluso no hayan nacido todavía, aunque lo que es seguro es que lo harán con la misma ilusión que antaño, con la misma alegría que ilumina la cara de todos los que cruzan las puertas del Parque de Atracciones de Madrid.