La batalla entre acciones y bonos sigue más viva que nunca. Con mercados financieros marcados por la volatilidad y las decisiones de los bancos centrales, ambos activos presentan oportunidades para inversores de distintos perfiles. Mientras las acciones han generado importantes rentabilidades —el S&P 500 ha subido un 25% y el Stoxx 600 un 13% en los últimos 12 meses— los bonos han vuelto a escena, ofreciendo rendimientos atractivos tras años de ser ignorados. Un ejemplo es el T-Note a 10 años, que ha registrado una apreciación del 3,75% en el último mes. En un entorno de menor inflación y crecimiento moderado, con tipos altos, pero en descenso, ¿qué opción es mejor para quienes buscan ingresos?
Qué está pasando en la renta variable y en fija
El mercado de acciones vive un momento optimista. Firmas como Goldman Sachs y Barclays han elevado sus previsiones para el S&P 500, esperando que supere cómodamente los 5.600 puntos, mientras otros expertos apuntan incluso a los 6.000 puntos. Este optimismo está impulsado por la expectativa de recortes en los tipos de interés debido a la moderación de la inflación, que se sitúa por debajo del 3% en Estados Unidos y en el 2,2% en Europa. Sectores como tecnología e inmobiliario podrían beneficiarse enormemente de esta tendencia, haciendo de las acciones una opción atractiva.
Por otro lado, los bonos han comenzado a ofrecer ganancias tras varios trimestres decepcionantes. Además de su rentabilidad, los precios de los bonos han subido notablemente. El bono del Tesoro de EE. UU. a 10 años, por ejemplo, no solo ofrece un rendimiento del 4,59%, sino que ha registrado una apreciación del 3,75% en su precio en el último mes. Del mismo modo, el bono español a 10 años ha visto cómo su rentabilidad bajaba del 3,26% al 3%, lo que ha generado una ganancia del 1,5% para quienes lo mantenían en cartera. Esto muestra que, a medida que los rendimientos de los bonos caen, sus precios suben, ofreciendo una oportunidad de capitalización a los inversores.
Acciones o bonos: ¿qué conviene más?
Los inversores deben pensar en los niveles de ingresos que ofrecen actualmente los bonos y las acciones respectivamente, pero también en cómo es probable que esos ingresos cambien en el futuro. Y también deben tener en cuenta el valor de capital de su inversión. Ion Zulueta, de iCapital, señala que «para los inversores que buscan ingresos inmediatos, los bonos de alta calidad son la mejor opción». En un entorno volátil, los fondos de renta fija, como los mencionados, ofrecen seguridad y un flujo constante de ingresos.
Por su parte, las acciones que pagan dividendos siguen siendo atractivas para los inversores a largo plazo. Los dividendos pueden crecer con el tiempo, lo que permite mantener el poder adquisitivo y proteger los ingresos frente a la inflación. César Sánchez-Grande, de Renta 4, destaca que una cartera de dividendos «permite invertir en compañías sólidas, con generación de caja constante y una posición financiera saneada«. El Ibex 35, por ejemplo, ofrece una rentabilidad por dividendo del 3,76%, y algunas empresas españolas llegan a superar el 10%.
Ideas de inversión en busca de ingresos estables
Para quienes buscan ingresos estables, los fondos monetarios han ganado popularidad. Productos como Groupama Trésorerie, Amundi Euro Liquidity y AXA Trésor Court Terme, todos destacados por su rentabilidad en sus respectivas categorías según Vdos, ofrecen rendimientos en torno al 3,5% a corto plazo, permitiendo obtener ingresos constantes mientras mantienen la liquidez. Estos productos se benefician de la tendencia bajista de los tipos de interés y la estabilidad en los mercados de deuda pública.
En el terreno de los fondos mixtos, una opción defensiva y diversificada es el Mutuafondo Mixto Flexible, que invierte un 75% en deuda y un 25% en acciones, logrando una rentabilidad del 7,5% en lo que va de año, según datos de Vdos. Los fondos mixtos permiten combinar la estabilidad de la renta fija con el potencial de crecimiento de la renta variable, lo que los convierte en una herramienta atractiva para inversores que buscan ingresos moderados y preservar su capital.
Diversificación inteligente
En un contexto de tipos elevados y mercados volátiles, tanto acciones como bonos tienen sus ventajas. Los bonos ofrecen seguridad y estabilidad a corto plazo, mientras que las acciones permiten beneficiarse del crecimiento económico y de los dividendos a largo plazo. Una cartera diversificada que combine ambos activos, a través de fondos mixtos como el M&G Optimal Income, que ha destacado entre los más rentables según Vdos, puede ser la mejor estrategia para maximizar ingresos y reducir el riesgo en un entorno de incertidumbre.