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Forbes 30 Under 30 | Brahim Díaz: «Un deportista siempre acumula más derrotas que victorias, y esto hay que naturalizarlo»

Una de las estrellas más rutilantes del Real Madrid afronta una etapa en la que sigue dispuesto a dar su mejor versión en el terreno de juego y en la vida.

Cuando Brahim Díaz (Málaga, 1999) empezó a jugar al fútbol, el balón le llegaba por las rodillas. Apenas era un niño y disfrutaba como muchos otros viendo la serie animada de Oliver y Benji, soñando ser como ellos. Con ocho años se estrenó en el CD Tiro Pichón de su ciudad natal, del que pasó al UD Mortadelo antes de recalar en las categorías inferiores del Málaga, donde ya regateaba como una culebra y cautivaba con sus carreras a la afición. Poco después, los grandes equipos empezaron a rifárselo hasta que llegó al Manchester City y, en 2019 hizo oficial su fichaje por el Real Madrid, desde donde fue cedido tres temporadas al AC Milan. La experiencia europea permitió al mediapunta malagueño mejorar notablemente en su calidad futbolística y tener encaje en la plantilla de jóvenes estrellas del club blanco, que lo recuperó. En su última temporada acabó con los mejores números de su carrera: doce goles y nueve asistencias. Ahora arranca en un escalón superior –se estima que percibe un salario de 7,29 millones de euros al año hasta 2027– y es imagen del lanzamiento del modelo de zapatillas SL 72 de adidas. Brahim viene pisando fuerte.

A sus 25 años recién cumplidos, este malagueño de origen marroquí sigue teniendo la misma cara de niño, pero la templanza de un hombre. “Cuando tienes 16 o 17 años piensas que puedes tener todo lo que quieres, pero he aprendido a tener paciencia. Con la edad te das cuenta de que debes ser humilde, perseguir tus metas, ayudar a los demás…”, cuenta el futbolista, quien reconoce que haberse trasladado tan joven a Manchester le llevó a madurar anticipadamente: “Cuando juegas en un gran equipo tienes que compaginar el fútbol con los estudios, llevar un orden y eso te obliga a mejorar día a día. Hoy sé manejar la presión mucho mejor, sé lo que quiero de manera más clara y detecto lo que no me viene bien”.

Fotografía CHARLY CALDERÓN Total look y zapatillas SL 72, todo de Adidas.

De aquella época de cambio, apunta más. El jugador, de ascendencia marroquí –su padre nació en Melilla–, viajó a Inglaterra con toda su familia, sin apenas conocer el idioma: “Llegar a casa y ver que estaban ahí fue algo muy positivo para mí. En España, me gustaba ser el primero en la fila para hacer ejercicios y cuando llegué a Inglaterra aprendí a ser el segundo o el tercero. Si el que iba antes que yo se equivocaba, pues yo también porque no entendía bien inglés y lo repetía… Pero en el vestuario escuchaba y aprendía. Ahora doy las gracias por saber otro idioma porque me ayuda a comunicarme con mucha más gente”.

El aprendizaje deportivo es exigente. “El fútbol me ha enseñado que en muchas ocasiones no tienes lo que quieres. Sin embargo, con una mente sana y positiva puedes llegar a esas metas que buscabas. Soy un afortunado porque he estado en grandes equipos y ahora juego en el mejor club del mundo. Un deportista siempre acumula más derrotas que victorias y eso hay que verlo con naturalidad. El fracaso llega cuando no sabes corregir tus errores”.

Brahim busca su sitio, pero lo hace sin perder de vista lo cotidiano. “Soy un chico familiar que me gusta tener a los míos cerca y quiero formar una familia para transmitir a mis hijos los valores que recibí”, confiesa. “Mi padre siempre me ha llevado por el buen camino, aquel en el que hay que tener paciencia, una mentalidad fuerte, constancia, trabajo, compromiso… Tanto él como mi madre esto también se lo han inculcado a mis hermanas. O mi abuelo, que fue muy importante para mí e incluso me llegó a entrenar junto a mi padre en el club del barrio…”, recuerda. Aquellas copas pequeñas y menos importantes que alineaba en una estantería le recuerdan que uno es lo que se propone: “Nunca tires la toalla es un consejo que me ha marcado. Todos hemos tenido días malos: pierdes un partido, te lesionas o no te salen las cosas como quieres. En esos momentos, mis padres me han sabido guiar para que me levantase más fuerte”.

En el ámbito profesional se rodea de un equipo de trabajo, que incluye a una veintena de personas, que conforman un departamento de comunicación, marketing, redes sociales, diseñadores, fotógrafos, editores de vídeos, nutricionistas, fisios o abogados…: “Para un futbolista tener máxima confianza en la gente con la que trabaja es esencial, porque hay que tomar muchas decisiones diarias y tienes que estar muy bien asesorado. Y fuera de lo profesional confío mucho en mis padres, mis hermanas, mi novia y mis amigos”.

Fotografía CHARLY CALDERÓN Total look y zapatillas SL 72, todo de Adidas.

La presión deportiva y social también es un factor a considerar para vivir en equilibrio. Estar en el mejor equipo del mundo implica que cada gesto o cada palabra sea escrutado por los medios o la afición: “Ser jugador del Real Madrid implica un nivel de exigencia muy alto en todos los aspectos tanto dentro como fuera del campo. En cualquier parte del mundo estamos representando al mejor club del mundo y tienes que respetar a esos millones de fans que te dan cariño y apoyo”, explica. “Y también conviene ser buena persona”, añade. “En el Real Madrid están los mejores y sólo con verles aprendes en lo futbolístico y en lo personal. Me gusta escuchar y observar todo, porque con la suma de muchos pequeños detalles se puede marcar la diferencia”.

Confiesa que conoce haber sentido esa presión desde muy niño, “porque iba mucha gente a verme jugar y notaba que cuando tocaba el balón se generaba un ambiente diferente”, recuerda. Con ocho o nueve años el fútbol ya le impuso desafíos, cuando él lo único que quería era jugar todo lo posible y disfrutar con sus amigos. “Ahora, cuando la mayoría de ellos comían hamburguesas yo me pedía una ensalada. Sabía que era lo que tenía que hacer en ese momento. Me decían que hacía fácil lo difícil”, cuenta entre risas.

Sobre el futuro, no imagina el día que no le apetezca jugar al fútbol, “porque amo este deporte”. Pero también le gustaría emprender negocios relacionados con el deporte –aunque también le interesan el cine, la moda y la lectura–. “Siempre digo que no podría ser jefe, porque me costaría echar a alguien de su puesto de trabajo, pero sí un líder, porque me encanta que todos crezcan”. Y, para quienes ven en él un modelo de referencia, no duda en hablar de lo que a él le ha funcionado: “Tener buenos hábitos, aprender a jugar en equipo, observar a los que tienen experiencia, establecer unos objetivos para cumplirlos y dar la mejor versión de mí mismo”.

Créditos
Realización Pan Creative Studio
Estilismo María Vernetta
Maquillaje y peluquería María Limón
Agencia Another Artist Agency
Asistente de foto Efrén Serrano
Asistente de Estilismo Irene Cano

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