1. Cada cliente es el más importante
No hay cliente más importante que otro: trata a todos por igual, es decir, perfectamente. Cada cliente que reclama tus servicios debe ser como tu mejor amigo, o como alguien de tu familia. El trato debe ser el que le darías a estas personas, totalmente exquisito. En cualquier negocio, independientemente del tipo que sea, el “boca a boca” es esencial, así que ponte manos a la obra. Te verás recompensado con más y más clientes.
2. Pregunta e interésate
No dudes en preguntar a tus clientes qué les parecen tus productos o servicios. Eso sí, sin ser demasiado agobiante. Es bueno interesarse de alguna forma porque en el cliente está la clave de las posibles mejoras de tu empresa. Puedes hacerlo de forma directa y cara a cara, por pequeñas encuestas anónimas de satisfacción, por un pequeño apartado de comentarios en tu web… ¡El universo es infinito! Sea como sea saldrán a la luz pequeñas cosas que podrás mejorar.
3. Haz relaciones, no simples transacciones
Es una de las claves del marketing, hacer relaciones con los clientes para que jamás dejen de utilizar tu empresa cuando necesiten sus servicios. No te limites a ser correcto, ofrecer lo necesario y “hasta pronto”. Intenta fidelizar a los clientes que aparecen por tu empresa o negocio para que lo sigan haciendo a lo largo de los años.