¿Buscas un lugar donde respirar a diario el aire más limpio? Una actualización mundial sobre «El aire que respiramos» realizada por World Population Review clasifica los países con el aire más limpio y las emisiones más bajas, y Europa encabeza la lista, con Estonia a la cabeza.
El informe, basado en el Índice de Rendimiento Medioambiental (EPI, por sus siglas en inglés), tiene en cuenta entre otros factores el CO2, el metano, las emisiones de efecto invernadero, los logros en materia de carbono negativo, la aplicación de políticas medioambientales y prácticas sostenibles y la extensión de bosques, selvas tropicales y fuentes de energía renovables.
Desarrollado en colaboración por las universidades de Yale y Columbia con el Foro Económico Mundial, el EPI clasifica a 180 países basándose en cuarenta indicadores de once categorías, centradas en la vitalidad de los ecosistemas, el cambio climático y la salud medioambiental. Estas categorías incluyen la calidad del aire, el agua y el saneamiento, la biodiversidad y el hábitat, y la sostenibilidad.
Los países más limpios
Los diez países europeos con el EPI global más alto son Estonia (75,3), Luxemburgo (75), Alemania (74,6), Finlandia (73,7), Reino Unido (72,7), Suecia (70,5), Noruega (70), Austria (69), Suiza (68) y Dinamarca (67,9).
De hecho, Estonia, Dinamarca, Reino Unido, Finlandia, Suecia, Luxemburgo, Austria, Noruega y Suiza ocupan puestos en la lista de los países más limpios del mundo desde 2020.
Los doce siguientes de la lista son también países europeos: Grecia (67,4), Países Bajos (67,2), Francia (67,1), Bélgica (66,79), Malta (66,6), Irlanda (65,7), República Checa (65,6), Eslovaquia (65), Polonia (64,4), Islandia (64,3), España (64,2) y Lituania (63,9).
Emisiones de CO₂, metano y gases de efecto invernadero
La lista mundial de los países que más contaminan con emisiones de CO₂ ofrece una imagen cruda de los retos medioambientales del planeta.
A la cabeza se encuentra China, con la asombrosa cifra de 12.667 millones de toneladas de CO₂ debido a la enorme escala de sus sectores industrial y energético.
Le sigue Estados Unidos, con 4.854 millones de toneladas, lo que refleja su importante consumo de energía y su dependencia del automóvil.
India, con 2.693 millones de toneladas, muestra el coste medioambiental del rápido crecimiento económico y demográfico. Rusia arroja 674 millones de toneladas, impulsada por las industrias pesadas y la producción de energía.
En Oriente Medio, Irán y Arabia Saudí marcan huellas significativas con 686,42 y 607,91 millones de toneladas respectivamente, indicativas de sus economías centradas en el petróleo.
Indonesia, a caballo entre el desarrollo y la industrialización, emite 692,24 millones de toneladas, reflejo de su creciente demanda energética y de sus problemas de deforestación.
El orden de clasificación de las emisiones de metano –un potente gas de efecto invernadero que tiene diversas fuentes, como la producción de energía, la agricultura y la gestión de residuos– es similar, con China a la cabeza con 1.186.285 kilotoneladas, seguida de EE UU que emite 748.241 kilotoneladas, India con 697.655 kilotoneladas, Rusia con 617.227, Brasil con 449.214 kilotoneladas e Indonesia con 333.995 kilotoneladas.
Carbono negativo
«El calentamiento global inducido por el hombre es posiblemente el problema medioambiental más importante de la historia de la humanidad», advierte el informe. «Causado en gran medida por la quema de combustibles fósiles como el petróleo (y la gasolina), el carbón y el gas natural, el calentamiento global puede remodelar permanentemente las costas, transformar los patrones climáticos tanto locales como globales y perturbar ecosistemas enteros».
En un intento de mitigar el impacto del calentamiento global, muchos de los países del mundo han empezado a hacer esfuerzos para minimizar las emisiones de carbono y convertirse en carbono-neutrales o carbono-negativos.
Son pocas las naciones que han alcanzado o están a punto de alcanzar el estatus de carbono negativo, lo que significa que aislan más carbono del que emiten.
Bután, con más del 70% de su territorio cubierto de bosques, va en cabeza, aprovechando su vasta cubierta vegetal y la energía hidroeléctrica. Actualmente es el único país que ha conseguido el estatus de carbono negativo. Otras naciones aún están pendientes.
Le sigue Surinam, con un impresionante 90-97% de cubierta forestal, equilibrando las emisiones de su industria minera con sus extensos bosques.
Panamá, con el 56,8% de su territorio cubierto de bosques, va por buen camino con ambiciosos planes de reforestación y un cambio hacia energías más limpias.
Comoras, Gabón y Guyana son candidatos prometedores a la reducción de las emisiones de carbono. Comoras, a pesar de su densa población, mantiene amplias zonas boscosas que contribuyen a la captura de carbono.
Gabón, con un 91,3% de cubierta forestal, destaca en África por su empeño en mantener su exuberante paisaje. La cubierta forestal de Guyana, del 93,6%, es también un importante sumidero de carbono.
Bosques y selvas tropicales
Surinam y Guyana encabezan la lista de países con extensos bosques frondosos que cubren el 97,4% y el 93,6%, respectivamente.
Micronesia, con su 92% de cobertura, ilustra la dedicación del Pacífico a preservar verdes paisajes en medio de aguas azules.
En Europa, Finlandia destaca con el 73,7% de su territorio cubierto de bosques boreales, que ofrecen un retiro sereno a los habitantes de las regiones industrializadas.
Suecia, con una cubierta forestal del 68,7%, es una opción privilegiada para los entusiastas de la naturaleza.
En el lado opuesto, países como Egipto y Qatar tienen una cubierta forestal insignificante.
El Reino Unido y Estados Unidos, con un 13,2% y un 33,9% de cobertura forestal respectivamente, reflejan los distintos grados de impacto de la urbanización en los espacios naturales.
En cuanto a los bosques tropicales, estas maravillas ecológicas del planeta están repartidas por diversas naciones, cada una de las cuales contribuye de forma única a la biodiversidad mundial y a la retención de carbono.
Sólo 53 países pueden presumir de tener al menos una selva tropical.
La mayor selva tropical, la Amazonia, se extiende por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil y Venezuela. Sirve de hogar, entre otros, a unos 2,5 millones de tipos de insectos.
En la selva amazónica también viven unas 40.000 especies de plantas y aproximadamente 1.300 aves diferentes. En tierra habitan unos 427 mamíferos únicos, mientras que en el agua se calcula que hay unas 3.000 especies de peces.
Otras grandes selvas tropicales son las del Congo, más de la mitad de las cuales son bosques primarios que han existido desde tiempos inmemoriales y permanecen inalterados por el hombre.
Indonesia cuenta con seis regiones distintas de selva tropical, entre ellas la famosa Borneo Lowland y el cautivador Parque Nacional Kayan Mentarang.
Australiasia, la tercera mayor selva tropical del mundo, abarca Nueva Guinea y el noreste de Australia. También se extiende por cadenas de islas más pequeñas que quedaron conectadas durante la Edad de Hielo.
Estados Unidos cuenta con cuatro regiones de selva tropical, entre ellas el vasto Bosque Nacional de Tongass y la Selva Tropical Templada del Pacífico, que revelan la rica diversidad ecológica del país.
Argentina y Malasia tienen tres regiones de selva tropical cada una, lo que pone de relieve la riqueza ecológica de Sudamérica y el Sudeste Asiático.
Países como China y Vietnam sólo albergan una región de selva tropical cada uno, como la Indo-Birmana en China y la Selva Tropical de las Montañas Cardamomo en Vietnam.