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Condesa, bisexual, productora y fotógrafa. Esta es la historia de Marina Cicogna, el corazón del Festival de Cine de Venecia

Hoy arranca la 81ª edición del festival de Venecia. La condesa Marina Cicogna, nieta del fundador, fue una de las grandes promotoras de la ‘mostra’. Esta es su fascinante historia.

Desde que en 1932 Giuseppe Volpi pusiera la primera piedra de este festival de reconocimiento internacional y entrara a formar parte de la Bienal de Venecia –una de las exposiciones de arte más antiguas del mundo, creada por el ayuntamiento de Venecia el 19 de abril de 1893–, el Festival de Cine de Venecia (también conocido como el Festival Internacional de Cine de Venecia), es uno de los eventos ineludibles del calendario anual, además del festival de cine más antiguo del mundo y uno de los cinco más grandes a nivel mundial. Pero hoy, día de la apertura ​de la edición número 81, no pretendemos recordar sus orígenes sino su éxito, a cargo de la productora Marina Cicogna, nieta del fundador, fallecida el año pasado en Roma, el 4 de noviembre de 2023. Tenía 89 años.

Nacida en el palacio Volpi de Roma un 29 de mayo de 1934, cualquiera diría que la vida de Marina Cicogna estuvo llamada, desde el momento de su alumbramiento, a ser de película. Hija del banquero Cesare Cicogna y la condesa Annamaria Volpi di Musurata –hija del conde Giuseppe Volpi di Misurata, también uno de los hombres más ricos de su país y gobernador de Libia durante 10 años–, en cuanto tuvo la oportunidad se hizo cargo del proyecto empresarial más importante y trascendental creado por su abuelo, la llamada Mostra de Venecia, para el resto del mundo: el Festival de Cine de Venecia.

Marina Cicogna, productora de profesión y empresaria desde que cogió la riendas de este proyecto, ha sido el alma de uno de los eventos internacionales más codiciados por el cine. Fue musa, mentora, cabeza pensante y ejecutora de este festival que ya celebra su edición 81 con la actriz francesa Isabelle Huppert como maestra de ceremonias, y que desde Forbes Women aprovechamos para homenajear a la mujer que hizo de esta cita en el calendario una oportunidad para hacer brillar una industria en constante estado de evolución.

La inmortalidad del primer amor

Con una vida a caballo entre Roma, Venecia, Cortina y Módena, entre viaje y viaje esta nieta siempre encontraba un momento para visitar a su abuelo militante durante la celebración del festival. Aunque pudo hacerlo sólo durante 13 años, lejos quedó esa idea de que Cicogna perdería la pasión por el cine con la muerte de Volpi, su mentor personal en este pasatiempo. Dos años más tarde de la pérdida, conoció a quien le brindaría las ganas y la convicción de vivir una vida dedicada al amor, a su amor por el cine. Fue David O. Selznick, productor de Lo que el viento se llevó y el maestro que sembró la semilla que le ayudó a formarse como productora cinematográfica. «Gracias a él tuve claro que quería dedicarme a mi pasión, las películas», confesó a la revista Vanity Fair.

Y así lo hizo durante muchas décadas de dedicación. Consiguió el éxito muy pronto. Hace más de 30 años presentó tres películas y ganó el León de Oro por una de ellas, Belle de Jour, la cinta que dirigió Luis Buñuel y protagonizó Catherine Deneuve. Todas las películas que produjo junto a grandes directores de la época alimentaron su expertise en el sector y le condujeron a ser uno de los nombres más selectos de la pantalla. Puede que su ojo cinematográfico se debiera a otra de las actividades a las que se entregó de manera profesional, la fotografía. Se graduó en esta disciplina en la Universidad Sarah Lawrence, Estados Unidos, junto a Barbara Warner, hija del magnate Jack Warner, compañera e íntima amiga de la fotógrafa.

De forma complementaria y nutriéndose de las técnicas de ambas profesiones, la condesa, heredó el título de las mujeres de su familia, se valió de lo mejor de la fotografía y del cine para dar lo mejor de en sus trabajos. Expuso instantáneas en galerías de todo el mundo y recibió el calor de una crítica que le ayudó a expandir su trabajo –de Karl Lagerfeld, Audrey Hepburn, Michael Butler, Jackie Onassis, Greta Garbo, Margarita de Inglaterra, sobre todo–, y a forjar amistades que perduraron en el tiempo.

Es en esas amistades donde Cicogna encontró la fuerza para romper la norma del momento y dar un paso más en materia cinematográfica. El atrevimiento no se rifaba en el sector y ella quiso cambiarlo. Produjo de manera arriesgada para la época y entre los años 60 y 70 lanzó a la pantalla películas como Accatone, Hermano Sol, Hermana Luna e Investigación de un ciudadano bajo sospecha, ganadora de un Oscar a la Mejor película extranjera en 1970.

Lo que ha unido el cine que no lo separe el hombre

Se podría decir, con exactitud, que la película Investigación de un ciudadano bajo sospecha nunca fue devorada por la memoria de Cicogna. Su actriz protagonista, Florinda Bolkan, fue una de las dos mujeres que compartieron la vida con la empresaria. Declarada bisexual, esta condesa vivió rodeada de amor. Primero, por el de Alfonso de Borbón –su primer novio y el hombre que le abrió las puertas a la alta sociedad, gracias a él Cicogna y el rey emérito Juan Carlos I mantuvieron una larga relación de amistad–, y después por varios ligues que se le han conocido, como Lex Barker y el recién fallecido Alain Delon.

Pero sin ninguna duda, el corazón de la condesa siempre tuvo nombre de mujer. Durante 20 años seguidos mantuvo una relación con la actriz brasileña Florinda Bolkan, su gran amor, y más tarde con Benedetta, a quien tuvo que adoptar como hija por motivos legales, según informa Vanity Fair, convirtiéndose esta también brasileña en la última pareja de Cicogna.

Fallecida en noviembre de 2023, a la edad de 89 años y a causa de un cáncer, Cicogna vivió una vida dedicada al cine. Una pasión que compartió con las dos mujeres de su vida y con un sinfín de amistades que ayudaron a despuntar a la que es la auténtica estrella del Festival de Cine que arranca y del que siempre formará parte.


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