El icónico actor francés Alain Delon ha fallecido a los 88 años. Aunque llegó a la fama gracias a su obra en la gran pantalla, con películas como Rocco y sus hermanos o El Gatopardo, el actor tenía una faceta más desconocida: era un gran coleccionista de arte. Delon llegó a amasar una fortuna que fue valorada en varios millones de euros con su colección de arte, entre las que se incluían obras de Delacroix, Raoul Dufy y Veronese. Aunque a lo largo de su vida fue vendiendo gran parte de ella, ya que —aseguraba— odiaba la idea de las ventas póstumas.
Tras vender gran parte de su impresionante colección en 2007 (y una segunda venta en 2016 de sus colecciones de vinos, relojes y armas), en junio de 2023 puso a subasta otro lote de más de 80 obras de arte.
La colección, que acumuló durante 60 años, también incluía esculturas y dibujos del renacimiento italiano. Fue vendida por la casa de subastas Bonhams Cornette de Saint Cyr en París el 22 de junio por más de 8 millones de euros (más del dolble de su valoración).
Delon, leyenda viva del cine francés, fue uno de los actores y sex symbol más destacados de Europa en las décadas de 1960, 1970 y 1980. Protagonizó más de 90 películas, entre ellas clásicos como El mediodía púrpura, La piscina, El gatopardo y El samurái, y trabajó con directores famosos como Luchino Visconti, Jean-Luc Godard, Jean-Pierre Melville, Michelangelo Antonioni y Louis Malle, entre otros.
«Compré mi primer dibujo en 1964 precisamente, en Londres. Con los años, adquirí más dibujos, retratos y esculturas que me conmovieron, me hablaron e incluso, en ocasiones, me consolaron», explicaba el actor en el catálogo de la subasta. «Estas obras me han acompañado durante muchos años y han formado parte de mi vida».
Entre las piezas más destacables se encontraban un óleo sobre lienzo de Raoul Dufi, ‘La Plage de Sainte Adresse’, 1906, cuyo valor se estima entre 600.000 y 800.000 euros, y un cuadro de 1825 de Eugène Delacroix, ‘Caballo árabe atado a una estaca’, cuyo valor se estima entre 400.000 y 600.000 euros.
“Hay gente que compra coches, gente que va a putas; yo prefiero los retratos”, dijo el actor cuando vendió la primera parte de su colección. “Compré por pasión, nunca por inversión”.