Blake Lively (California, Estados Unidos, 1987) comenzó su carrera profesional como actriz a los 10 años en la película llamada Sandman (1998). Sin embargo, la mayoría la conocemos por su papel como la it-girl, Serena van der Woodsen, en la serie Gossip Girl. Desde entonces sus papeles han variado desde thrillers hasta comedias románticas. Pero para ella no bastaba con su talento de actriz, también ha comenzado su trayectoria como directora con proyectos como el vídeo I bet you think about me de su amiga cercana y cantante Taylor Swift; y su última aspiración: una adaptación de la novela gráfica Seconds escrita por Bryan Lee O’Malley.
Pero no sólo es empresaria para la gran pantalla. La actriz añade a sus logros dos empresas rompedoras. La primera, Betty Buzz, fue un producto totalmente distinto a lo que habíamos conocido hasta el momento de la estadounidense. Una tónica de distintos sabores como limón y lima, jengibre o incluso pomelo, con la que se identifica mucho Lively, ya que ella misma no bebe alcohol. En entrevistas anteriores explica cómo esta decisión la excluye de planes con amigos. A esta marca le ha añadido un apartado para bebidas con alcohol llamada Betty Booze, no obstante, no pierde su esencia al utilizar un vídeo con Paul Hollywood donde es el chef quien da su opinión sobre la bebida dado a la abstención de su creadora.
Y su aventura más reciente. Blake Brown Beauty lleva su esencia en cada detalle. Una marca que ha dado mucho de qué hablar. Con siete años de desarrollo por detrás, estos productos para el pelo son asequibles y accesibles, con precios por debajo de 25 dólares, se pueden encontrar en las tiendas Target y en su tienda online. Con variedad de champús y mascarillas para el cabello, Blake Lively explica en sus redes cómo su melena rubia ha sido una de las características que más le ha identificado en las distintas etapas de su vida. También comenta cómo su pasado en el mundo del cine le ha proporcionado la experiencia suficiente con distintos profesionales en la industria de la cosmética para hacer realidad esta iniciativa.
Empresas que hacen que el patrimonio personal de Blake, sin contar el que alcanzaría si uniera su fortuna a la de su marido, Ryan Reynolds, ascienda a unos 45 millones de euros, según datos de ABC.
Estas dos marcas son parte de Blake Lively, no solo por el producto si no por el nombre que las acompaña. Ambas asociadas con su padre y actor, Ernie Lively, quien cambió su apellido por el de su mujer al casarse con ella (de nacimiento, Brown), y la actriz explica en una entrevista para la revista US Magazine cómo siempre había triunfado con el nombre de su madre y ahora quería honrar el de su padre. Así se creó el nombre Blake Brown Beauty. Para su primera empresa bromeaba que el nombre Ernie no sonaba tan atractivo para una marca de bebidas y se decidió por el de su abuela paterna, Betty.
La estadounidense nos demuestra una y otra vez su pasión y dedicación por sus objetivos. Como todo lo que crea es algo que ella misma utiliza creando una gran confianza con el comprador. Los resultados de todos sus emprendimientos acaban en una combinación perfecta entre cercanía, cuidado y calidad. Tal y como es ella.