Los finales no son tan dulces. El cine europeo, incluso el más comercial, suele ser más realista que el estadounidense y los Happy Endings puros son raros. Por el otro lado, y salvo excepciones, las películas mainstream norteamericanas suelen edulcorar sus finales: todo se arregla, incluso lo más complicado tiene solución. De este modo, el espectador sale reconfortado de la sala de cine o de su sesión de películas en casa.
La película de Iberia y Air Europa buscando la integración de la segunda en el grupo IAG sería comparable a una producción cinematográfica cuyo guion se decide en Bruselas, el corazón político de Europa. International Airlines Group, holding que agrupa a enseñas como British Airways, Level, Iberia, Vueling y Aer Lingus, había visto recientemente con agrado el final de otra película aeronáutica también supervisada por Bruselas: la integración de la italiana ITA Airways en el grupo Lufthansa, aprobada. Con algunos condicionantes… aunque aprobada.
Que la antigua Alitalia pase a la orbita alemana parecía buen presagio para la gran operación aérea que se está gestando en España: dos grandes compañías de red con su hub de operaciones en Madrid dejan de competir, se integran en el mismo grupo de intereses y complementan sus servicios para constituir el gran grupo aeronáutico español. Dos marcas potentes centradas en un Barajas en expansión y con la capacidad suficiente para competir aun con más musculo con los grandes aeropuertos de la Unión Europea: París, la casa de Air France, Ámsterdam, la casa de KLM y Frankfurt, la casa de Lufthansa, compañía que también tiene un muy buen hub secundario: Múnich
Giro de guion
La historia de las aproximaciones entre Iberia y Air Europa es larga. Mucho. Tanto, que a veces la historia ha llegado a ir al revés, cuando la compañía del grupo Globalia, tenía una situación mejor que Iberia y se llegó a hablar seriamente de la compra de la antigua compañía de bandera por parte de Juan José Hidalgo y familia… aunque eso es historia, y a la velocidad que suceden las cosas, queda ya muy lejana.
El caso actual es que Iberia (nacida en 1927) y Air Europa (en 1984 con su primer vuelo en 1986) parecen no tener el favor de las autoridades de Bruselas. La dirección general de la competencia de la Comisión está analizando la operación de integración con la calma propia de un artesano sabio y veterano que ve todos los detalles de la obra de sus aprendices. Este artesano no está satisfecho ni con lo que ve ni con lo que se le explica que se está haciendo para crear una nueva obra.
En la ultima reunión de las partes en que estuvieron presentes los miembros de IAG, directivos de Air Europa y los, digamos, artesanos (y también guionistas) de Bruselas, no salió bien para los intereses de las compañías con sede en España. Y es que, aun presentando nuevos planes por los que se dice que la competencia no se verá afectada, Bruselas advirtió que los remedies no son suficientes. Para aclarar esto último, porque es un concepto que ha sonado mucho últimamente en el sector de la aviación comercial, los Remedies son las concesiones en forma de rutas que una compañía otorgada a aerolíneas rivales para evitar un perjuicio al consumidor, que, de no hacerse así, se quedaría sin alternativas. Al artesano de Bruselas, exigente al limite sobre la obra que va a quedar, el plan no le ha parecido satisfactorio. Así lo que parecía un camino tranquilo y una fusión inevitable se ha puesto muy cuesta arriba. ¿Lufthansa si e Iberia no?
Los ‘Remedy Takers’
Ya se han presentado varios planes para que las autoridades de la competencia den luz verde a una película que se podría titular “Iberia + Air Europa: creciendo juntas en Madrid”, en los que los protagonistas secundarios tienen el papel de Remedy Takers, concepto jurídico en inglés para referirse a las aerolíneas que se beneficiarían de las cesiones en rutas que evitarían un monopolio al ser servidas actualmente por las compañías que pretenden unirse. En este caso, IAG presenta a la canaria Binter, la barcelonesa Volotea, la irlandesa Ryanair, la Colombiana Avianca y las mallorquinas Iberojet y World2Fly como herederas de sus operaciones. Las tres primeras se harían con las rutas nacionales y de medio radio (Europa y África) cedidas, mientras que las otras tres serían las que se presentarían como alternativas en el mercado de largo… aunque el artesano de Bruselas no acaba de ver estas alternativas como un plan viable y realista para proteger al consumidor y ofrecerle una competencia real y creíble, sobre todo desde y hacia Madrid, el proyectado como superhub del sur de Europa y en el que está volcado Aena, su gestor.
¿Y ahora qué?
Rosa, mi mujer, es alguien con una visión muy positiva, aunque para las cosas trascendentes siempre me indica que me ponga en lo peor para que un asunto no me pille desprevenido: si las cosas salen de un modo indeseado ya estás preparado para ellas… y si salen bien, es una grata sorpresa y sabe mejor. En el caso de Iberia + Air Europa, si el resultado es que la unión de ambas aerolíneas no sale, esto supone un cambio de escenario.
IAG esperaba integrar las operaciones de ni más ni menos que 70 aviones de largo radio con base en Madrid: los 42 Airbus A330 y A350 de Iberia con los 28 Boeing 787 de Air Europa, además de sus flotas de corto y medio. Si no se consigue que esto cristalice, Iberia a corto plazo no parará, pues además de seguir liderando el mercado latinoamericano con Europa, está muy ilusionada con una nueva operación de largo radio gracias al Airbus A321XLR, avión de capacidad mediana capaz de realizar vuelos desde España a la costa este de EEUU con costes muy competitivos y pudiendo abrir nuevos mercados.
Por su parte, a Air Europa, una decisión en contra por parte de ese artesano del que estamos hablando, le pillará con el paso algo más cambiado, pues, aunque en los últimos años ha tenido beneficios, la compañía no está enfrascada en ningún plan estratégico-industrial a medio plazo… cosa que tendrá que hacer de no salir el plan. A lo anterior hay que añadir que ha de hacer frente a la devolución de 475 millones a la SEPI o Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Esta se los otorgó para soportar la crisis sanitaria a partir de 2020.
De momento, aunque las perspectivas no son halagüeñas para las aerolíneas (aunque si para el consumidor porque la competencia sigue viva), hay una fecha, el 20 de agosto, en que definitivamente sabremos que rumbo tomará esta película europea sobre aviación comercial.
Si están leyendo esto ya de vacaciones, disfruten, sigan leyendo, relativicen mucho y sean felices. Si no es el caso, disfruten, la vida tiene muchas cosas que merecen la pena.