“Cuidar la salud y cuidar el planeta”. Esta es la misión que se propone Danone, la marca que lidera la transformación de la industria láctea para dar respuesta a las demandas de un consumidor cada vez más preocupado por el impacto ambiental de los alimentos. Pero no es sólo un mensaje, es un reto. Hablamos de reducir la huella de C02 desde la granja, de desarrollar nuevos modelos de envasado, de emplear el 100% de energía renovable para toda la cadena de producción, de generar cero residuos y de utilizar nutrientes esenciales de máxima calidad. “Saludable y sostenible desde el origen”. Hablamos del yogur del futuro.
La empresa cuenta con más de cien años de trayectoria y más de una década transformando su estrategia para garantizar la sostenibilidad del campo desde un triple impacto: medioambiental, económico y social. A través de un enfoque holístico y transversal, Danone se ha posicionado como la primera empresa de alimentación con planes de reducción de gases de efecto invernadero aprobados por SBTi. Además, es la única del sector con un compromiso alineado con el Global Methane Pledge de la COP26 para reducir las emisiones de metano.
“Queremos asegurar que nuestros esfuerzos tengan un impacto real en la salud del planeta y de nuestros consumidores”, añade Lacombe. En los últimos cinco años, Danone ya ha conseguido reducir sus emisiones de C02 procedentes de la leche en un 20% gracias al desarrollo de un nuevo plan que tiene en la alimentación, el bienestar animal, la gestión eficiente del estiércol y la defensa de una agricultura regenerativa, las bases de su éxito. El objetivo a 2030 es reducir hasta un 37% su huella de carbono y, de cara a 2050, tener cero emisiones netas.
En esta línea, la compañía presentó recientemente el Informe BACA, por un sector lácteo BAjo en Carbono. “El modelo agroganadero que promovemos requiere del compromiso de múltiples actores de toda la cadena con los que somos capaces de avanzar de forma conjunta”. Así lo explica François Lacombe, director general de Danone Iberia. Este proyecto sentó las bases estratégicas para todos los actores involucrados en la producción láctea y en favor de un ecosistema común a toda la industria que acelere la transición. ¿Otro ejemplo? More Holstein, la granja situada en Valencia con la que Danone colabora desde hace 43 años y que se ha convertido en la primera granja B Corp de Europa y segunda del mundo. Este es el camino a seguir. Un camino que empieza en el campo.
“El futuro del yogur es saludable y sostenible porque menos, es más”, apunta Silvia Canals, responsable de Sostenibilidad en Danone Iberia. “Menos impacto ambiental, más nutrición”. Danone está inmerso en un cambio de paradigma que se sustenta en cinco ejes. Por un lado, desde la marca trabajan en granjas con menos emisiones de C02. Hablamos de centros agrícolas familiares que apuestan por la digitalización, por el bienestar animal, por una alimentación de proximidad que promueve un uso responsable de los recursos y que contribuye a reducir el desperdicio de la industria alimentaria. El uso de técnicas pioneras de agricultura regenerativa, cuidando la salud del suelo y contribuyendo a la economía circular, también es fundamental como lo es el desarrollo de nuevos modelos de envasado con recipientes 100% reciclables, reutilizables o compostables.
El empleo del 100% energía renovable, no sólo en el origen, sino en toda la cadena de producción es otro objetivo fundamental. También el de lograr cero residuos, minimizando así el desperdicio en todo este proceso, gracias a la apuesta tecnológica y transformación sostenible.
“El yogur del futuro debe seguir ofreciendo beneficios a la salud de forma positiva, convirtiéndose en un vehículo de probióticos, versátil, con proteínas de la máxima calidad y fuente de calcio”. Así lo explican desde Danone, que promete seguir utilizando nutrientes esenciales con la máxima calidad para seguir poniendo en valor este compromiso.