Opinión Javier Ortega Figueiral

Aviación, récords de pasaje y von Karajan

La aviación corporativa crece como la espuma. ¿Hasta dónde podrá llegar?

Dos controladores aéreos en Barajas. Enaire, el gestor del espacio aéreo español está batiendo récords en vuelos manejados.

FlightRadar 24 te lo chiva todo. O casi. La aplicación por la que puedes ver todos los vuelos comerciales que están activos ahora mismo, es reveladora. Cada vez se vuela más y más, reconfirmando lo que cuentan los gestores del espacio aéreo y los aeropuertos. En sus comunicados oficiales y en los posts en redes sociales se habla, mes tras mes, de cifras récord.

Es el caso de Enaire, coordinador del espacio aéreo español. Este 2024 en coincidencia con su 10º aniversario, gestionó más de 1,1 millones de vuelos en el primer semestre, un 9% más que en 2023, año que ya fue de récord. El pasado mes de junio, inicio de verano, los vuelos gestionados por sus controladores fueron también un 8,4% más que en 2023 y en España, el crecimiento de tráfico supera en 2,8 puntos porcentuales a la media de la Unión Europea.

En Aena, gestor del grueso de los aeropuertos en la península, y todos los de Baleares y Canarias, junio supuso de nuevo cifras récord para la red, con 29.443.093 viajeros en sus terminales, más de un 11% respecto al mismo mes en 2023 y casi un 8% más que en junio de 2019, año que durante mucho tiempo fue la referencia de máximo tráfico y ya se ha batido.

¿Y cuánto supone eso?

Los casi 29 millones y medio de viajeros repartidos entre 46 aeropuertos y dos helipuertos comerciales impresionan, aunque resulta aún más fácil hacer una traducción a un valor más asequible mentalmente. Así que con las estadísticas de Aena en la mano hice un rápido cálculo: si este aeropuerto ha tenido X pasajeros en junio, dividiendo esa cifra entre 30, tendré los viajeros que han pasado de media cada día por esa instalación.

Por lo tanto, cada día del mes de junio de 2024 Madrid-Barajas ha tenido 193.267 viajeros, Barcelona-El Prat, 168.564, Palma-Son Sant Joan 138.644 e Ibiza, por ejemplo, 41.132. Háganse a la idea de todas estas personas despegando y aterrizando, además de entrando o saliendo de sus terminales. Esto sin contar a acompañantes, tripulaciones, empleados del aeropuerto y de otros servicios directamente relacionados con la instalación.

Hasta los helipuertos comerciales están batiendo récords en una España que no deja de crecer en aviación.

Las cifras son igualmente notables en otros aeropuertos que no están en los puestos más altos del ranking. Tenerife, por ejemplo, tuvo 52.119 viajeros aéreos diarios si sumamos los dos aeropuertos de la isla. Sevilla manejó 25.920 pasajeros cada día de junio por su terminal, Almería tuvo 2.930 y Ceuta 221. Esta última cifra, de más de 200 viajeros/día, puede parecer humilde, aunque todo hay que ponerlo en contexto: la instalación de Aena en Ceuta no es un aeropuerto, sino que es un helipuerto. Todos sus viajeros llegan o salen en aparatos AW139 rumbo a Málaga o Algeciras, además de algún otro destino en vuelos no regulares. Un récord mayúsculo en prácticamente toda la red.

Aviación corporativa

De todas las cifras anteriores, los pasajeros que llegan o salen en aviones corporativos, los jets privados o ‘de negocios’, son proporcionalmente pocos respecto a quienes usan los aviones de aerolíneas, aunque el crecimiento de este sector en el que todo son facilidades como terminales específicas, servicio personalizado, pocas esperas y volar directamente al destino deseado, está creciendo exponencialmente.

Pongo un ejemplo mientras escribo esta columna tomando como referencia tres aeropuertos españoles que son puerta de entrada a otros tantos lugares muy deseados: Palma, Ibiza y Málaga. Usando de nuevo FlightRadar, filtro los datos por destino y la pantalla se centra en los aviones que tienen origen o destino en cada uno de los aeropuertos elegidos.

La aviación privada y corporativa está de moda. Quien la prueba le gusta y si se la puede permitir ya no renuncia a ella.

De los muchos vuelos que van o proceden de Palma mientras escribo esto, compruebo que hay diez aviones corporativos o privados que están en diferentes fases de vuelo y vuelan desde o hacia Mallorca. Viajan, entre otros, desde Varna, Salzburgo, Núremberg, Beja, Casablanca o Kortrijk. Reconozco que este último aeropuerto, hacia el que vuela un Pilatus, he tenido que buscarlo en el mapa: es el nombre de Cortrique, en neerlandés, pues es un aeropuerto belga en Flandes.

Desde Ibiza hay vuelos privados desde y hacia Saint Tropez, Atenas, Deauville, Colonia, Madrid, Cardiff, de nuevo Salzburgo y Andorra-La Seu. Voy a por el tercer filtro: Málaga. Veo que también hay un jet que llega de Salzburgo a la Costa del Sol, otro desde Grosseto, en la Toscana, además de Cardiff, Leeds y Colonia.

Es un no parar de aeronaves privadas. Con este juego de calcular y localizar me ha llamado la atención este común denominador de Salzburgo por el que voy a retocar el título de esta historia, pues no es habitual esta coincidencia y tampoco que pase en esta semana. Verán la razón.

Karajan

Tirando del hilo les voy a descubrir la unión de dos mundos: la aviación y la música. Lo haré a través de un personaje: Heribert Ritter von Karajan. Y es que si volamos al aeropuerto de Salzburgo lo haremos también al aeropuerto Wolfgang Amadeus Mozart, que es como se le bautizó al conjunto de la instalación. Si lo hacemos en avión privado llegaremos a un edificio diferente, especializado en gestionar este tipo de vuelos: la terminal Herbert von Karajan.

Herbert von Karajan, director de orquesta y aviador, junto a su Falcon 10. Esta foto de Emil Perauer fue usada en varios de sus discos para la Deutsche Grammophon.

Mozart y von Karajan son recordados en el segundo aeropuerto más importante de Austria porque ambos nacieron en Salzburgo en 1756 y 1908. La fama universal del compositor justifica que la puerta aérea de su ciudad lleve su nombre, aunque la idea de poner el nombre del director de orquesta a una terminal VIP tiene también toda la razón del mundo, pues si bien, el que fue director titular de la Orquesta Filarmónica de Berlín durante 34 años (nadie le ha igualado) fue de los grandes de la historia de la música del XX, von Karajan fue un aviador apasionado.

Durante los primeros años de la posguerra, los aliados prohibieron actividades de aviación privada en Alemania, donde residía el músico, quien se trasladó a Suiza para tomar lecciones de pilotaje. Aprendió a volar en Ascona entre 1952 y 1953 para convertirse en piloto privado. Cuando consolidó su posición en la filarmónica de Berlín, se permitió comprar un pequeño avión: un Cessna 172, al que siguió un Beechcraft Bonanza, un King Air e incluso tuvo dos reactores de uso personal: un Falcon 10 y un Learjet. Del temido y perfeccionista director se decía que sus tres pasiones eran su tercera esposa, la música y la aviación. Esta última en un sentido muy amplio, pues incluso aprendió a pilotar helicópteros.

La segunda coincidencia con los vuelos de Salzburgo que comentaba unos párrafos atrás es que esta semana se cumplen ya 35 años del fallecimiento de von Karajan. Aquel 1989 la aviación comercial en general y la corporativa en particular eran muy diferentes a la actual, tanto a nivel técnico como sobre todo en número de usuarios en oferta. Una oferta que crece y crece cada año salvo el hiato que hemos tenido en el periodo 2020-2022, una etapa claramente superada en 2023 y fulminada este mismo ejercicio. La cuestión que me planteo seriamente viendo el panorama es: ¿Hasta cuándo se podrá seguir creciendo a ese ritmo y como seguirá ese ritmo el sector de los aviones de negocios? ¿Será viable seguir sumando estos aumentos? ¿Los nuevos combustibles llegarán a tiempo para compensar esta expansión? Y también algo que se ve hasta físicamente: ¿Habrá capacidad suficiente en aeropuertos y espacio aéreo? ¿Será razonable todo ello?

Una familia sale de viaje personal en un Learjet. Una escena antes singular y hoy cada vez más frecuente.

Las preguntas anteriores son y serán enormes retos en un mundo donde la demanda de viajes aéreos no deja de crecer. Volar entre Ibiza y Santorini, entre Palma y Dubái o entre Málaga y Miami en aviones privados, algo antes absolutamente extraordinario o impensable, hoy está absolutamente normalizado. ¿Seguirá siendo así dentro de 35 años o el mundo que conocemos será diferente y se habrán tomado medidas para equ