Dicen que nadie sale con las manos vacías del despacho de José Luis Martín López (Linares, 1984). El presidente de MLC Energía ha financiado de su bolsillo proyectos de la Asociación contra el Parkinson, el Club Deportivo Linares, el Club ciclista y el de pádel o la estancia de niños saharauis, a quienes ha pagado los billetes para que pudieran pasar el verano en Linares (Jaén). Personas que vivían en la marginalidad tienen ahora un trabajo y un buen sueldo gracias a él, y no falta semana en que alguien se le acerque para expresar su gratitud por cómo le ha cambiado la vida. Nos acercamos a las oficinas de MLC Energía en Linares para conocer de primera mano a este empresario y filántropo y nos encontramos con una historia de esas del “hombre hecho a sí mismo”. Una vez más, no es un tópico.
Llega de un día largo de viajes por media península con un traje impoluto de raya diplomática ancha y se sienta en el cabecero de la mesa de roble macizo de la sala de reuniones. “Yo pude levantar este negocio gracias a que tenía los ahorros para hacerlo”, puntualiza Martín López. “Si no hubiese tenido ese dinero, ¿yo qué hago? Nada, por muchas ideas que tuviera”. El empresario recuerda sus inicios: “Yo soy técnico superior agrícola, pero no sabía a lo que me iba a dedicar, no sabía qué iba a vender o qué iba a comprar, pero sí sabía que iba a ser empresario. Con 26 años ya trabajaba en la Junta de Andalucía como inspector de subvenciones del olivo y el cereal. Antes, había sido de todo: botones, camarero, tiré la basura en un hotel… Y de todos esos años trabajando había ahorrado 50.000 euros”.
“Voy a hablar con ese gasolinero a ver qué pasa”
Un día, un compañero le comentó que había una gasolinera que funcionaba como los ojos del Guadiana, un día la abrían, tres la cerraban, porque el hombre que la gestionaba no tenía mucho dinero para comprar el gasoil. “No sabía nada de gasolineras, pero yo dije, déjame que voy a hablar con él. Y tras esa conversación el propietario accedió a traspasarme el negocio. Pero el traspaso costaba 70.000 euros. Fui al banco, sin mucha esperanza, la verdad, pero cuál fue mi sorpresa cuando a la semana siguiente me llamaron para decirme que me habían concedido el préstamo de los 20.000 euros que me faltaban”.
Ahí comenzó la aventura de MLC Energía, la compañía multienergética que basa sus servicios en la calidad, el trato personal, la innovación y la sostenibilidad dirigida a favorecer el desarrollo social y empresarial. De aquella primera estación de servicio que pronto se convirtió en la que tenía más afluencia de la zona, originando enormes colas de entrada en Linares, hoy José Luis Martín López puede enorgullecerse de haber desarrollado una red de más de 55 áreas clave en las rutas del transporte, con los mayores transportistas de España y Europa como clientes y a punto de abrir una de las mayores estaciones de servicio de Europa en Urnieta (Guipúzcoa), que contará con un aparcamiento seguro para vehículos pesados, un hotel, una peluquería y restaurantes.
Volcar a la sociedad parte de lo ganado
“Con esto, he generado, gracias a Dios, riqueza para mí y para mis hijos. Por eso, soy incapaz de no ayudar ahora a otros. Quiero devolver a la sociedad parte de lo que me ha dado y apoyar a aquellos que quieren desarrollarse y están dispuestos a poner de su parte para ello”. Si tienes una idea, dice el presidente de MLC, “si eres capaz de plasmarla, entonces tienes un sitio para poder levantarla”. Ese sitio es la nueva Fundación José Luis Martín López, que se presentó a finales de junio en Linares en un acto celebrado en el Campus Científico Tecnológico de la Universidad de Jaén (UJA), y que contó con la presencia del rector de la UJA, Nicolás Ruíz; la alcaldesa de Linares, María Auxiliadora del Olmo; el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes Martínez; la diputada por el PSOE, Ana Cobo Carmona, y la delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Ángela Hidalgo.
La Fundación, de la que es vicepresidenta la madre del presidente de MLC, María del Pilar López Sánchez, está dirigida por Lucía Aguilar Vega, quien ha sido integrante activa en diversos comités y proyectos estratégicos, incluyendo el grupo Espacio Europa para la ejecución de proyectos Next Generation. La sede ocupa un emblemático edificio en la localidad, Casa Conde de Linares: un palacio de finales del siglo XIX, de gran valor histórico y arquitectónico, estrechamente vinculado al pasado industrial y minero de la ciudad, pero además, icónico por haber sido sede del primer consulado británico y vivienda de la familia Conde Gutiérrez del Álamo. Allí se desarrollarán no sólo ideas de desarrollo empresarial, con la única condición de que se implanten en Linares y su comarca, sino también proyectos que se apoyen en los tres pilares de esta fundación: la infancia, la educación y el bienestar social.
Su fundador y presidente espera que el presupuesto destinado a estas áreas alcance los 500.000 euros a final de año y ya están trabajando en ello. Las ideas no dejan de llegar al despacho de Lucía Aguilar, tanto por parte del propio presidente de MLC como de decenas de asociaciones que se reúnen a diario con ella: promover la alimentación sana en los niños y niñas, becas de estudio, organización de eventos deportivos como vehículo para transmitir los valores del esfuerzo, el compromiso, el compañerismo y la deportividad, son algunos de los proyectos puestos ya en marcha.
Sonrisas en los hospitales infantiles y un niño en un barco
No son meros deseos. Algunos programas ya han arrancado y otros no se han gestionado aún ya que se están valorando desde la Fundación. Por el momento, ya se han anunciado los premios José Luis Martín López que reconocerán la labor de entidades no lucrativas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de colectivos en situación de vulnerabilidad. También se está trabajando en otras acciones, como el programa de Cruz Roja, Éxito Escolar de acompañamiento a niños, niñas y adolescentes en situación de dificultad social.
Otras iniciativas están aún en revisión como la oferta de becas de estudios para que alumnos de 4º de ESO para que puedan estudiar un trimestre en el extranjero o el proyecto Esa Sonrisa, en colaboración con la fundación Cleardent y la empresa tecnológica Lucatia y que tiene como objetivo proporcionar a los niños hospitalizados juegos de realidad aumentada que les permitan reducir su ansiedad y estrés y arrancarles una sonrisa durante su estancia en el hospital.
Al mismo tiempo exclama con brillo en los ojos Martín López: “También vamos a poner a un niño en un barco a la Antártida”. Se trata de un nuevo proyecto que se está aún valorando y que bajo el nombre de Rumbo Antártida se realizará en colaboración con la Universidad de Jaén. El proyecto consistirá en una expedición a la Antártida formada por universitarios, de distintas disciplinas y todos ellos comprometidos con la conservación del planeta”, aclara.
Al presidente de MLC Energía se le escapa una lágrima sincera, no puede evitarlo. Esta Fundación es para él como un proyecto de propósito vital hecho realidad; al genio de la lámpara de Linares se le ha concedido el deseo de poder ayudar a los suyos.