«Los inmigrantes como mis padres son héroes», contaba Nico Williams (Pamplona, 22 años) en una reciente entrevista a la revista Esquire. María Arthuer y su marido, Félix Williams, emigraron a España en 1994 huyendo de los pocos recursos económicos y sociales de los que disponían en Ghana, su país.
En la misma entrevista el joven futbolista recordaba como viajó con su familia a Dubai de vacaciones e hicieron a una excursión que consistía en ir en moto por el desierto. «Era algo que en principio tendría que ser divertido, pero a mi madre, al pisar la arena, le vino el recuerdo de aquello y se puso a llorar, lo pasó muy mal».
Con «aquello», el delantero de la Selección Española se refería a la travesía que Maria y su marido tuvieron que hacer desde Ghana hasta Marruecos a pie. Un recorrido de más de 5000 km atravesando Burkina Faso, Mali y Argelia, tres países abrasados por el desierto más grande del mundo, el Sáhara, una extensión inhóspita e implacable que abarca la mayor parte de África del Norte y es casi tan grande como China o Estados Unidos.
Era el año 1994 y María ya estaba embarazada de Iñaki, su hijo mayor y también delantero del Athletic de Bilbao, cuando comenzó su hazaña. El matrimonio tuvo que sortear todo tipo de peligros, y dar todo lo que habían acumulado a una organización de trata de personas que les estafó, según la publicación Artículo 14. En un primer momento pensaron ir al Reino Unido pero un amigo de Félix les contó que por mil dólares podían viajar a España cruzando el Estrecho.
Como tantos inmigrantes se pusieron en manos de unos traficantes de personas para hacer el viaje hasta la frontera pero el trayecto estuvo plagado de vicisitudes. Según cuenta la publicación Contexto, después de recorrer una parte en camioneta, les hicieron bajar sin haber llegado al destino y les dejaron abandonados sin comida, ni bebida, hasta el punto de tener que beberse su propia orina. Durante días tuvieron que caminar por el desierto, lo que dejó como recuerdo heridas en la planta de los pies de Félix. Algunos murieron y los tuvieron que enterrar. “Si llego a saber lo que íbamos a vivir, me habría quedado”, ha reconocido María años después.
Finalmente llegaron a Melilla, donde saltaron la alambrada que entonces delimitaba la frontera con la particularidad de que ella lo hizo, sin saberlo, estando ya embarazada de su hijo mayor. Pero alcanzar el destino no suponía que se acabaran los problemas. Fueron detenidos, encarcelados y mientras esperaban ser deportados por ser inmigrantes en situación irregular, les visitó un abogado de Cáritas que les dio una solución: “Decid que sois de un país en guerra y que solicitáis asilo político”. Rompieron los papeles que traían de Ghana y dijeron que procedían de Liberia, que entonces atravesaba una contienda civil.
El matrimonio pasó por Málaga y Madrid, pero se instaló en Bilbao gracias a un trabajo que Caritas había conseguido para Félix. En la ciudad bilbaína Martha dio a luz a Iñaki, su primogénito, también delantero del Athletic de Bilbao. Pocos años después, se mudaron a Pamplona por el trabajo del padre y en 2002 nació Nico.
«Mis padres nunca han hecho daño a nadie, sólo han querido integrarse y contribuir a la sociedad, y sus hijos más de lo mismo», confesaba Nico tras ser objetivo de gritos racistas el pasado mes de abril durante un partido contra el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano.
En el caso de María y Félix, haber arriesgado su vida ha tenido su recompensa. Están integrados en la sociedad española y sus hijos se han convertido en auténticos héroes en un país al que solo el fútbol une sin fisuras. El éxito de sus hijos ha sido tal –gracias en parte a su buen hacer, el Athletic ganó la Copa del Rey y la Gabarra recorrió el río Nervión en una celebración histórica–, que el club quiso agradecérselo a la familia Williams: nombró a María embajadora en el 125 aniversario de la fundación del club como «reconocimiento a la inestimable aportación que la comunidad migrante llegada a Euskal Herria ha hecho al Athletic desde su fundación en 1898».
Por muchas más historias de superación, integración y triunfo como esta.