1. Creer con convicción en ella
Si no crees en tu empresa, ¿cómo vas a lograr mantenerla en el tiempo? Tienes que ser un apasionado de tu negocio, creer en que de verdad será próspero y tener la convicción de que durará muchísimo. Ese es el primer paso, ya que sin él, no hay más que pasos que dar.
2. Estar preparado para los cambios e imprevistos
El siguiente es estar preparado para todos los cambios e imprevistos que puedan surgir. ¿Cómo? Tanto mental como económicamente debes estar alerta: guardando ciertos ahorros que te hagan de “colchón” en los malos momentos, siendo consciente de que las cosas no van a ser sencillas, y teniendo una mentalidad abierta para amoldarte a los posibles cambios que tengas que hacer para beneficio de tu empresa (aunque no estuviesen previstos o no te gusten)
3. Estar abierto a nuevas oportunidades…
…aunque supongan cierto riesgo. El que no arriesga no gana, eso está claro. Debes ser dialogante y abierto para aprovechar las oportunidades que se te presenten en el camino. Por ejemplo, si tu negocio va “viento en popa” y tienes muchos beneficios, ¿por qué no abrir otro?
4. Tener una cultura empresarial sostenible
Otro de los puntos clave para que una empresa sea viable a largo plazo es tener una buena cultura empresarial, es decir, unos buenos valores, propósitos y objetivos factibles. Dentro de este punto hay que destacar la cultura sostenible de la empresa, que la hará más próspera y viable cuanto más respete el medio ambiente.
5. Rodearte de los mejores en el sector
Por último, rodearte de los mejores profesionales del sector siempre te pondrá las cosas mucho más fáciles que si te rodeas de personas menos cualificadas o válidas para los distintos puestos de tu empresa. Hacerlo es toda una inversión a largo plazo.