El Banco Central de Chile espera que el Producto Interior Bruto (PIB) de Chile crezca entre un 2,25% y un 3% en 2023, lo que supone un ajuste al alza desde sus previsiones del pasado marzo, cuando la entidad apuntaba a una expansión económica de entre el 2% y el 3%.
Esta mejora incluida en el Informe de Política Monetaria divulgado este miércoles por el banco, se asocia a mejores datos efectivos por el lado del gasto y los alcances iniciales del alza del precio del cobre. A mediano plazo, los efectos de este último elemento se compensan con el impacto negativo que tienen los reajustes de las tarifas de electricidad en el ingreso disponible de los hogares.
En consecuencia, el banco ha optado por mantener el rango de crecimiento del PIB entre el 1,5 y el 2,5%, tanto para 2025 como para 2026.
Por su parte, el banco considera que Chile cerrará el año 2024 con una inflación del 4,2%, frente al pronóstico del 3,8% del pasado marzo. En 2025, culminaría en 3,6% (3% en marzo), con una inflación promedio que sería 1,1 puntos porcentuales mayor durante ese año.
Su convergencia a 3% ocurrirá en la primera mitad de 2026. La reducción de la inflación supone que la transmisión del shock de costos de la electricidad operará según los patrones habituales. Además, considera algunos ajustes a la baja de las tarifas a partir de la segunda mitad de 2025.
Las proyecciones de inflación total suben de manera importante, en particular durante 2025. En ello influye el impacto del shock de oferta asociado a precios de la electricidad más elevados y un mayor impulso de la demanda interna.
Las perspectivas para la inflación subyacente contemplan efectos indirectos acotados de la actualización tarifaria, que se refieren a los ajustes de costos en las empresas con tarifas reguladas y procesos de indexación de precios y salarios acordes con lo habitual.
MAYOR FLEXIBILIDAD EN LOS TIPOS
En este escenario se otorga mayor flexibilidad a la política monetaria que en trimestres previos, en particular por la resolución de los desbalances macroeconómicos, el descenso de la inflación y expectativas inflacionarias alineadas a la meta.
Así, el Consejo cautelará el cumplimiento de la meta de inflación, evaluando, por un lado, que la propagación del shock tarifario sea la esperada y que la persistencia inflacionaria no aumente. Por otro, que la política monetaria acompañe adecuadamente a la economía cuando esta ha entrado en un proceso en que su crecimiento va poco a poco acercándose a niveles coherentes con su tendencia y el mercado laboral mejora.
El pasado martes, el banco central optó por aplicar un recorte de los tipos de 25 puntos básicos, hasta el 5,75%, siendo esta una reducción esperada por el mercado, ante un escenario de inflación que ha empeorado ligeramente en el último mes.