
1. Mantén un tono de voz calmado y uniforme
Es muy importante no subir nunca el tono de voz, porque la otra persona lo subirá aún más para hacerse oír y acabaréis gritando cada vez más y más alto. Mantén siempre un tono uniforme, sin altibajos y sin faltas de respeto.
2. No intentes imponer lo que piensas
Estar en desacuerdo con lo que piensa otra persona no tiene porqué significar que lo que tú crees sea la verdad absoluta. Cada uno tiene sus ideas, sus pensamientos y su forma de ver las cosas, y lo peor que puedes hacer es intentar imponer las tuyas por encima de las de los demás.
3. Escucha a los demás
Respeta los “turnos” de palabra de cada uno, no interrumpas y no intentes hablar por encima del resto. Si te paras a escuchar lo que los demás tienen que decir, probablemente aprendas otros puntos de vista e incluso acabes dándoles la razón en algunos aspectos.
4. Respeta a todo el mundo
Si lo que te están diciendo no te convence bajo ningún concepto, tranquilo. Entiende que cada uno tiene sus ideas al igual que tú tienes las tuyas, y por eso debes respetar la ideología de todos.
5. No le des demasiadas vueltas
Cuando la discusión, debate o conversación llegue a un punto muerto, para. No ganas nada con seguir insistiendo una y otra vez sobre lo mismo. ¿Ya está hablado y zanjado? Pues cambiad de tema.