1. Sin subirte jamás el sueldo (aunque se lo implores)
Es una de las formas más comunes de que un jefe demuestre que no valora tu trabajo. Tu sueldo se mantiene estático desde hace tanto tiempo que ni te acuerdas, a pesar de tus logros, de tu esfuerzo, de tu implicación y de tu entrega constante.
2. Recordándote sólo lo que haces mal
Otra forma es haciéndote caso únicamente cuando haces algo mal o metes la pata con alguna tontería. Obviamente es necesario que tu jefe te alerte cuando estás haciendo algo mal, pero si es para lo único que se dirige a ti, ¡alto!, llámale la atención y dile que también necesitas una “palmadita en la espalda” por todo lo que haces bien.
3. No incluyéndote en proyectos importantes
Te encargas sólo de lo más básico y sencillo, cosas que a veces nadie quiere hacer. Además te ofreces para aportar ideas o encargarte de otras cosas y no te dejan, aunque serías perfectamente capaz. Bien, no desistas, continúa ofreciéndote, echando una mano a compañeros que luego vayan a reconocer tus esfuerzos delante de vuestro jefe, etc. De esta forma probablemente se dé cuenta algún día de tu interés y tus esfuerzos.
4. Respondiéndote con desprecio de forma continua
Es una de las peores formas de tratar a un empleado (y a cualquier persona, claro). Si tu jefe ha tomado por costumbre responderte de malas formas o ni siquiera responderte, házselo saber. Siéntate a hablar con él y dile cómo te sientes cada vez que te responde de malas maneras.
5. Echando por tierra tu trabajo
Cuando haces tu trabajo nunca está lo suficientemente bien por mucho que te esfuerces, tu jefe siempre saca algún “pero” y no le convence jamás. Es algo que puede ir mermando tu autoestima y que debes frenar cuanto antes.