Uno de los principales objetivos de Coca-Cola es producir envases cada vez más sostenibles. Por ello, la compañía trabaja cada día para reducir el impacto de los envases de sus bebidas en el medio ambiente a lo largo de toda la cadena de valor. De hecho, a día de hoy, el 100% de sus envases son reciclables o reutilizables.
La gestión de los envases es uno de los ejes de la estrategia de sostenibilidad conjunta de The Coca-Cola Company y Coca-Cola European Partners, Avanzamos, que establece sus objetivos específicos y medibles con horizonte 2025 en los mercados de Europa Occidental en seis áreas de actuación: bebidas, envases, sociedad, agua, clima y cadena de suministro sostenible.
Así, y en su firma apuesta por materiales renovables, se están aplicando criterios ambientales en el diseño y uso de envases, así como en la selección de material promocional. El aligeramiento de los envases es otro de los temas en los que se está trabajando junto con los proveedores. Así se consigue desarrollar envases cada vez más ligeros como es el caso de la la botella contour de vidrio rellenable que pesaba 372 gramos en sus inicios, en el año 2000 pasó a los 309 gramos y, actualmente, se ha reducido hasta los 245 gramos de la actualidad, con 37 ml más de capacidad. Es decir, un 18% más de producto con un 21% menos de peso. Lo mismo ocurre en el caso del plástico PET, ya que desde el año 2010 los envases fabricados con este material son un 32% más ligeros.
Coca-Cola también busca la reducción de residuos en las operaciones, un hecho que comienza a ser una realidad. Por ejemplo, en el periodo comprendido entre el 2010 y el 2017, la ratio de generación de residuos por litro de producto fabricado se redujo en un 23%, lo que ha permitido evitar la generación de más de 43.000 toneladas de residuos. En el mismo periodo, se ha reducido también un 76% la cantidad de residuos.