Buscar en el extrajero un libro dedicado al periodismo de moda cada vez que a uno le entra el gusanillo de leer algo de esa temática es un engorro. Un esfuerzo innecesario que puede invertirse en otra tarea de contar España con una editorial que facilite este deseo. Desde 2018 los que compartimos apetito de lectura con Martín Torres no sabemos a qué problema se refiere, porque nos facilitó la tarea de búsqueda cuando, junto a su socio Pau Masaló, fundó Editorial Superflua, el destino literario y puro sobre el universo de la moda que le faltaba a España. Seis años después de empezar la aventura, la editorial cuenta ya con 15 libros en su catálogo, sin contar las sorpresas que están por llegar.
En la web de la editorial se define a sí misma como “el lugar en el que mostrar cómo se crea y cómo se vive la Moda, que es vida, de forma ligera, cosmopolita, desapasionada e indolente, porque el conocimiento de lo superfluo es imprescindible. ¿Además de editar libros, hace las veces de mentora y guía?
Lo que aparece en la web funciona a modo de pequeña declaración de intenciones, tratada con una cierta ironía, hay que tomarse a uno mismo con cierta distancia. Pero en cuanto a nuestro proyecto, consideramos que hay un problema con los contenidos sobre la moda y es que se perciben como frívolos y, por lo tanto, carentes de valor, lo que repercute en la calidad de la información, la fiabilidad, el precio que se paga por ella… En Superflua apostamos por autores con una trayectoria en medios de prestigio, por investigaciones independientes y por personajes con una trayectoria determinante en la industria de la moda. Todos los actores del sector debemos contribuir a proporcionar un discurso serio a la altura de la importancia de esta industria.
Puede que por eso, tras pasar por la lectura de cada uno de los libros, uno piense que deberían de estudiarse en la aulas…
Parece una obviedad, pero para aquellos que están formándose (y para cualquiera), leer es el mejor modo de obtener conocimiento, de fundamentar el saber en el que deberían ser especialistas. Aunque muchas veces lo que les interesa es la ropa, no la moda. Leer no sólo aporta información, sino que supone un diálogo con el autor, y ese diálogo permite la reflexión. Me da la sensación de que no hay un relevo generacional de lectores y eso es casi peor que todo el apocalipsis de IA que auguran.
Como experto en el sector, ¿qué le diría a esas nuevas generacione que creen que saber de moda es comprarse ropa y revistas sobre esta temática?
Como decía, es importante preocuparnos por cuidar el conocimiento de aquello que nos interesa, no caer en lo fácil o pueril. La moda es un fenómeno muy complejo, con diferentes facetas y que engloba distintas actividades, conocer su funcionamiento requiere dedicación. En Superflua nos ocupamos de la cultura de la moda, en aportar información crítica y relevante sobre la industria, a difundir su imaginario, siempre desde la calidad. La moda es una industria que tiene una gran influencia (a veces para bien), también porque sus intereses son inmensos, y no siempre coinciden con los de cada uno, hay que ser muy critico con ella y tener una perspectiva distanciada. No podemos dejarnos llevar por ella. También creo que es un mundo que vive en una burbuja; fuera de ella hay mucha gente que no está interesada en la moda, aunque la vista. Siempre pienso qué relación tienen con la moda aquellas personas a las que admiro (artistas, escritores…), y en la mayoría de casos suele ser nula.
Y como editor, ¿cómo elige la temática y el título del libro?
En cuanto al proceso de selección, suelo estar atento a algunos periodistas y académicos internacionales de referencia, a los temas que tratan y si mencionan algún libro que nos pueda encajar. Además, hay una serie de libros que ya tienen unos años, que aquí no se han publicado, y que poco a poco voy recuperando (como las memorias de la Vreeland). Al elegir un libro lo principal es confiar en la calidad del autor y del contenido.
¿Y si el sujeto de interés esta vivo, como ha ocurrido con Dapper Dan, protagonista de su última publicación?
Cuando salieron sus memorias su agente me envió el manuscrito para que lo tuviera en cuenta. En ese momento no me interesó, pero un par de años después leí un artículo del crítico Glenn O’Brian sobre Dan que me abrió los ojos (ya que estamos, publicaría a Glenn O’Brian, pero no va a poder ser). Entonces volví a él y… voilà! Casi siempre suelo tratar con los autores personalmente; no sólo es lo más fácil, es enriquecedor. En el caso de Dapper Dan él ya tiene una edad y vive un poco protegido por círculos de agentes, ayudantes y familiares, creo que no vamos a conocernos.
¿Por qué eligieron a Yves Saint Laurent para la primera publicación de la editorial?
Para arrancar necesitábamos un nombre potente, y nadie había publicado una biografía de Yves Saint Laurent aquí. Lo hicimos con un libro que va al grano, nada complaciente y que desmonta el mito en el que se protegió al modista francés.
Tras 15 libros publicados, ¿cuál ha sido el más especial?
Quizá el libro al que más cariño le tengo sea Una carrera en la moda, las memorias de Bill Cunningham. Luego, publicar los tres libros de Dana Thomas fue satisfactorio y contar con los españoles Silvia Alexandrowitch y Daniel Figuero es lo mejor que nos ha pasado.
Y una anécdota.
Alexander Vreeland gestiona los derechos de su abuena, Diana, y
consiguió que Carolina Herrera grabara un vídeo recomendando D.V.,
el libro que publicamos sobre ella.
¿Cuáles son los siguientes planes de la editorial?
Vamos a lanzar una nueva colección dedicada al ensayo cultural, sobre literatura, arte, sociología y todo aquello que nos apetezca, porque queremos llegar
a un público más amplio.