El año 1986 no fue un periodo cualquiera. Un galón de gasolina costaba 89 centavos, el cometa Halley sobrevolaba la tierra y cierta compañía de San Francisco introdujo en el mundo empresarial uno de los looks business más repetidos de la historia. Por aquel entonces primaban los trajes de chaqueta durante la semana y los vaqueros para el tiempo libre, un código de vestimenta demasiado extremo (o muy formal o demasiado sport) que pedía a gritos el cambio. Y como ya se sabe que en la mesura está la virtud, Dockers encontró el término medio –y el éxito rotundo– en los pantalones chinos.
“Como creadores de los chinos, estamos orgullosos de nuestra historia. Volviendo al logo original, no solo rendimos homenaje a nuestras raíces y herencia, si no que esto supone un nuevo capítulo para la marca. Desde hace 30 años, hemos cambiado la forma de vestir de los hombres. Hoy, continuamos aportando a los hombres esa confianza y confort que necesitan para estar preparados para lo que sea” comenta Karen Riley-Grant, vicepresidenta de global marketing de Dockers.
Después de presentar con éxito la campaña Always On e introducir grandes mejoras tecnológicas y muchísima más variedad en sus colecciones, Dockers se mantiene empeñado en construir legado y equipar a toda una generación de hombres con un producto de calidad cuidadosamente diseñado. Una renovada y nostálgica carta de presentación que ya está disponible en puntos de venta y dockers.com