No fue ni la Bolsa de Wall Street, ni la de Tokio, ni la de Londres, que hoy en día lideran el mercado financiero, las originarias de este término. Sino que fue en Bélgica, más concretamente en Brujas, donde se comenzó a utilizar el concepto “bolsa de valores” con una connotación relativamente parecida a la que posee hoy en día.
Curiosamente fue en el hogar de la familia noble Van Der Buërse donde se realizaban importantes transacciones, negocios y otros encuentros de carácter mercantil. Dicha familia poseía un escudo de armas, en referencia a su apellido, situado en la entrada al hogar, el cuál estaba representado con tres monederos de piel con forma de bolsa. Dado el parecido físico de los monederos y a la traducción del apellido Buërse, la gente comenzó a llamar a este hogar como la bolsa.
Aún así, no fue hasta 1602 cuando se fundó la Bolsa de valores de Ámsterdam, considerada como la más antigua del mundo y la que realmente poseía las funciones del actual mercado bursátil como operaciones con bonos y acciones. Fue fundada por la Compañía Holandesa de la Indias Orientales, la cuál poseía el monopolio de todos los negocios realizados entre los Países Bajos y Asia (especialmente con Banten, Java Occidental y Jayakarta). De hecho, eran tan fuertes los poderes que poseía dicha empresa que podía declarar la guerra, acuñar la moneda, negociar tratados o incluso establecer colonias.
Tales eran los poderes y las inversiones que realizaba la Compañía Holandesa de la Indias Orientales que en principio fundó la mencionada bolsa de valores con la intención de poder recaudar dinero para sus futuros viajes. Estas acciones realizadas en la calle Damrak de Ámsterdam, fueron las primeras en comercializarse en el mundo entero.
De hecho, muchas de estas compañías creadas con el fin de mejorar el comercio con otros países, terminaban cerrándose o en bancarrota tras terminar el primer viaje mercantil. Esto se debía al alto coste y al alto riesgo que poseían, ya que sufrían el continuo peligro de la piratería, naufragios y enfermedades. Sin embargo, y gracias a la creación de la Bolsa de Ámsterdam (entre otros motivos), la Compañía Holandesa de la Indias Orientales pudo subsistir durante casi 200 años.