No sé si alguna vez habrás caído en la cuenta, pero desde que nos levantamos nuestro día consiste en tomar decisiones: qué medio de transporte utilizar para ir al trabajo, qué tarea realizar antes y cuál después, qué productos comprar en el supermercado e incluso hasta en qué momento del día es mejor poner una lavadora. Tomamos decisiones constantemente en el día a día, la mayoría de ellas incluso sin darnos cuenta.
Por supuesto que en nuestra vida laboral, especialmente si eres empresario, seguramente tenga que tomar más decisiones de las que deseas, y posiblemente sean decisiones que no te afectan solo a ti, sino al conjunto de tu empresa.
Por eso, tener que tomar decisiones en relación con el trabajo ni es fácil ni es agradable, pero sí es necesario. Por ese motivo debes aprender a elegir de la mejor manera posible. Te ayudamos en esta tarea tan difícil con estos sencillos pasos:
¿CUÁL ES EL PROPÓSITO?
Cuando tomas una decisión es porque buscas la mejor manera de alcanzar tu objetivo, sea cual sea y del índole que sea. Por eso, lo primero que debes hacer para aprender a tomar decisiones es aprender a identificar tus propósitos para valorar cuál de todas las opciones a elegir es la que más te conviene.
BUSCA DIFERNTES PERSPECTIVAS
Antes de tomar una decisión, busca diferentes puntos desde los que mirar todas las opciones. Es decir, el lugar de buscar gente que te reafirme en la decisión que pretendes tomar, buscar detractores a esa decisión y analiza su porqué. Posiblemente te hagan ver aspectos negativos en los que tú aún no habías caído. Se trata de analizar todas las acciones y todos los pros y contras posibles.
¿QUÉ IMPLICA CADA DECISIÓN?
Debes intentar recrear de una manera hipotética que ocurriría si eligieses las diferentes opciones. Es una manera de intentar analizar cuál te conviene mejor. Por supuesto que no es una ciencia exacta y nadie puede predecir el futuro, pero seguro que con tu experiencia y tu conocimiento sobre el tema eres capaz de realizar una estimación muy próxima.
TUS DECISIONES SON COSA TUYA
Puedes dejarte aconsejar y asesorar, pero al fin y al cabo, la decisión final al tienes tú. Tu decisión es tuya y de nadie más, por eso debes asumir que cualquier error o contratiempo no es culpa de nadie. Es decir, hay que aprender que las consecuencias de nuestras decisiones son solo nuestras. Por eso no debes dejar que nadie decida por ti.