Conocer. Probar. Volar. Si lo dice el número 15 de Forbes, será por algo. Sin embargo, lo de enriquecerse gracias al viaje no resulta novedoso. La propia historia narra una y otra vez cómo muchos emprendedores han apoyado la ‘causa de los trotamundos’. Uno de los más importantes fue Sol Koffler, tanto que la firma que fundara hace ahora 80 años continúa regalándonos trayectos inolvidables. El joven americano invirtió los ahorros de toda una vida en cumplir su sueño, fabricar equipaje de calidad al precio de ¡un dólar! la unidad. Bueno, bonito y sobre todo, barato. Eran otros tiempos, claro. Los de la Gran Depresión concretamente. De aquella primera compañía de Providence, Rhode Island –y que sería adquirida por Samsonite en 1993 –, surgió el negocio octogenario que perdura hasta hoy.
La clave de su éxito, el producto. Tan versátil como variado y que cada temporada se esfuerza por sorprendernos. Equipaje de espíritu joven, dinámico y vibrante que no por ello dejan de encajar en contextos business… y en todos los demás. Porque tal y como dictamina la filosofía de la firma existe “una maleta para cada viajero”. Nosotros nos quedamos con Prismo II, Bon Air y Jazz, tres líneas completamente renovadas que no pasarán desapercibidas este verano.