1. Organiza tu tiempo
Las 24 horas del día pueden quedarse cortas si no sabes cómo administrar el tiempo y adecuarlo a todo lo que tienes que hacer. Lo mejor es crear un horario donde detalles las actividades que harás cada día. Deja espacio para el tiempo de ocio e intenta seguir lo planeado. Lo tendrás todo mucho más controlado.
2. Autodisciplina
Está bien salir un día, llegar tarde a casa y al día siguiente madrugar. Pero, este no tiene que ser un hábito de vida. No descansar lo suficiente es algo que te puede generar más estrés. En este caso, aprende a hacer actividades que te hagan sentir mejor y te ayuden a tener la tranquilidad que deseas. Se verá reflejado en tu vida laboral y personal.
3. Decide qué quieres hacer
Tienes la autonomía suficiente para saber qué es lo que te interesa y lo que haces por cumplir ante otros. Evita asistir a reuniones o eventos que no te aporten nada y ocupen una parte de tu tiempo poco productivo. Si, de verdad tienes interés en algo, el tiempo te será indiferente. Si no, el reloj llegará a agobiarte de las veces que lo mirarás.
4. Pide ayuda
Una situación complicada la podemos tener todos. Hoy te toca a ti y mañana al compañero de trabajo. Por eso, no dudes en pedir ayuda cuando tu grado de estrés vaya en aumento. Repartirte las tareas te ayudará a tener una actitud más positiva, tranquila y segura. Cuando una persona está estresada tiende a ser negativo y todo le sale mal. Antes de eso, pide ayuda.
5. No asumas más de lo que puedes
A veces, querer hacerlo todo puede llevarte a hacerlo todo a medias. Es preferible que asumas la responsabilidad de un número determinado de tareas y cuentes con el resto del equipo para sacar adelante el resto del trabajo. Enfrentarte a un día laboral pensando en la cantidad de cosas que tienes que hacer te generará una situación agobiante y la sensación de no tener tiempo suficiente. Tranquilidad, el día es muy largo.
6. Tómate tu tiempo
Está bien que te reúnas con tus compañeros a lo largo de la mañana para distraerte y hablar sobre otras cosas ajenas al trabajo. Trabajar muchas horas seguidas disminuirá tu capacidad de concentración y sentirás que trabajas más lento. El nivel de estrés será menor si sales a tomar el aire de vez en cuando e intentas relajar la mente.
7. Desconecta del trabajo
Es imprescindible que, al salir de la oficina, dejes atrás la tensión laboral vivida durante el día. No pienses en qué harás mañana o cómo lo harás. Necesitas descansar y disfrutar de la vida fuera del horario laboral sin darle vueltas a la cabeza. Intenta distraerte con actividades que te llamen la atención o relájate viendo una película. Al día siguiente estarás 100% en el trabajo y no sabrás lo que es tener estrés laboral.