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Ruta por las mejores pastelerías para disfrutar de las rosquillas de San Isidro

Llega la festividad de San Isidro a Madrid, las calles se convierten en inesperadas verbenas donde chulapos y castizas desempolvan sus parpusas, pañuelos, mantones y vestidos chiné mientras se mueven a ritmo de chotis para celebrar a su patrón, disfrutando de algunos de sus dulces más tradicionales como las rosquillas del Santo.

Y es que quién se resiste a una tonta o lista sentado en la pradera, o disfrutando de los conciertos en Las Vistillas, o para los más atrevidos innovar con las propuestas de los diferentes obradores.

Aquí os dejamos algunas propuestas para poner un momento dulce a estos días.

Para esta ocasión, El Pozo, Casa Mira, El Riojano, La Mallorquina, y La Duquesita, las pastelerías más antiguas de la capital, vuelven a reunir sus más de 780 años de historia en Madridulce, donde proponen una ruta para degustar este tradicional postre con sus innovadoras propuestas, que este año tienen su versión para los más pequeños con sus rosquillas infantiles, aptas para mayores de siete años.

Una ruta que puede comenzar a pocos metros de la Puerta del Sol en la pastelería El Pozo, fundada en 1830, donde sus maestros pasteleros deleitarán al comensal con sus rosquillas de nubes de azúcar, además de contar con las tradicionales recetas, mientras que a escasos metros otro clásico como La Mallorquina sorprenderán a clientes y turistas con la rosquilla de chocolate con leche, uno de los sabores preferidos de los más pequeños de la casa.

En La Duquesita, el maestro pastelero Oriol Balaguer sorprenderá a los más pequeños con una rosquilla en la que destaca la avellana, la gianduja y el barquillo, mientras que se termina con aromas a frambuesa y albaricoque.

En Casa Mira presentan sus rosquillas de chocolate blanco, frambuesa y petazetas sobre una masa tradicional de las rosquillas, mientras que en El Riojano proponen una receta que parte de la versión clásica y elaborará una rosquilla de piruleta.

En el obrador de Turris celebran esta jornada festiva poblando sus escaparates, que se visten de chulapos con una ilustración de la artista madrileña Naranjalidad, con la receta más clásica como las tontas, sin glaseado, o las listas, que destacan por su color blanco, mientras que innovan con la de chocolate o la de limón.

Y otro clásico que no falla en estas fechas es el Horno de San Onofre y La Santiaguesa, templos dulces de la capital, donde degustar sus rosquillas de San Isidro con cuatro variedades, ya que las hay tontas y listas, en función de que su sabor sea más o menos ligero.