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Así es Ananda in the Himalayas, el más famoso retiro de bienestar de lujo en la India

Situado en la finca donde el maharajá Narenda Shah construyó su palacio, en 1895
Foto: Ananda in The Himalayas

No hace mucho, durante un paseo hacia el templo Kunjapuri, en las estribaciones del Himalaya indio, los participantes nos encontramos con una vista de la ciudad Rishikesh. Nuestro guía preguntó por qué es famos este lugar. “Los Beatles”, contesté yo, sabiendo que Rishikesh fue el lugar al que los músicos acudían a meditar con el yogui Maharishi en los años 60.

Aunque esto era correcto, el guía buscaba otra respuesta: se dice que Rishikesh es el lugar de nacimiento del yoga, donde Patanjali escribió sus Sutras hace más de 2.000 años.

Ahora es la ciudad clave para otro tipo de buscadores espirituales (tal vez no estrellas de rock, sí de alto perfil y ciertamente gente con éxito) que viajan en busca de un cambio de vida. Su destino es Ananda in the Himalayas, un lujoso resort de bienestar que recibe reconocimientos cada dos por tres.

Una persona en pijama blanco se encuentra en una pose de árbol debajo de un techo azul en un pabellón de yoga
El pabellón de yoga. CORTESÍA DEL HOTEL

Al igual que otros lugares de retiro situados a lo largo del curso del río Ganges, Ananda tiene como principales pilares el yoga, la medicina ayurvédica y el Vedanta (filosofía hindú). Pero lo que los hace único es que se encuentra un entorno natural realmente impactante, con instalaciones de lujo que están a la altura. La joya de la corona de la propiedad de 40 hectáreas es el palacio construido para el maharajá Narenda Shah en 1895.

Ahora el palacio es el lugar donde se da la bienvenida a los huéspedes, con guirnaldas de caléndulas y bendiciones ceremoniales, y marca el tono de la experiencia a disfrutar aquí. Todo se desarrolla, sobre todo, en una dependencias situadas debajo del palacio, que fueron construidas alrededor del año 2000.

Aquí también hay un restaurante con un gran comedor interior y una hermosa terraza sombreada, un spa de 7.000 metros cuadrados con 24 salas de tratamiento y un gimnasio de última generación, y un edificio que alberga la mayoría de las 70 habitaciones (la excepción es la encantadora estancia situada en el antiguo palacio). Todas tienen una gran amplitud de espacio y numerosas comodidades, además de balcones privados con vistas al palacio o a los valles. Esa naturaleza magnífica, casi siempre visible, es una parte fundamental de la experiencia.

Una cama con dosel y otros muebles coloniales llenan el dormitorio de la Suite Virreinal
La Suite Virreinal. CORTESÍA DEL HOTEL

“Han pasado más de dos décadas desde que empezamos, con solo un palacio histórico rodeado de hectáreas de lantana silvestre y belleza natural. En aquel momento todo lo que tenía era un sueño: [una] imagen de lo que quería lograr y dónde quería estar”, afirma el fundador y director general de Ananda, Ashok Khanna.

“A medida que el mundo ha ido cambiando, nosotros también. Pero en lo más profundo de nosotros siempre hemos mantenido esas creencias y principios”, continúa. “Esa fue la filosofía [que] dio existencia a Ananda in the Himalayas. Mi idea era reunir los remedios antiguos, las prácticas y la sabiduría profundamente arraigada de la cultura india y combinarlos todos con las mejores prácticas internacionales…. Esta ubicación sirvió de inspiración para darle vida al destino de bienestar que tenía en mente”.

Si bien el foco sigue estando en el yoga y el ayurveda, ambos considerados ciencias, se ha vuelto más parecido a un experiencia actual. Al reservar cada huésped tiene una consulta previa para determinar el programa más idóneo y otra sesión, ya en persona y con un médico ayurvédico, a su llegada. Entre otros objetivos, esto permite identificar el dosha (tipo de cuerpo, en ayurveda) de un huésped y lo más idóneo para él: desde los alimentos a consumir hasta los aceites utilizados en los tratamientos de spa y también su horario.

Dos terapeutas vierten aceite en la espalda de una mujer durante un tratamiento ayurvédico en Ananda, India
Un tratamiento ayurvédico. CORTESÍA DEL HOTEL

Lo que se busca es el «bienestar clínico», dice Ankur Verma, director de operaciones de bienestar y formación, quien destaca que todo el personal pasa por mucho de esto último: «tenemos formas objetivas de medir las cosas».

Desde el punto de vista de los huéspedes, Ananda era un destino de spa convencional similar a, digamos, un Six Senses, con sus comodidades modernas. En la última década se ha convertido en un retiro de bienestar total, que a veces requiere ciertos sacrificios.

Lo visité por primera vez hace unos 12 años, en el comienzo de esta transición. El gerente general en ese momento me hizo especial hincapié en los vinos con bajo contenido de alcohol en el menú (8% o 9%), las comidas eran abundantes y los postres aparecían en las habitaciones cuando el personal venía a abrir la cama.

Una persona sentada en meditación junto a un estanque reflectante en Ananda en el Himalaya en la India
Meditación en AnandaSACHIN SONI

Ahora se recomienda a los huéspedes que se inscriben en programas de bienestar, como lo hace la mayoría, que dejen sus vicios con antelación. No hay azúcar, alcohol ni cafeína y la comida es casi totalmente vegetariana. No se trata sólo de optimizar los beneficios durante la estancia de un huésped, sino también de demostrar que se puede disfrutar de una alimentación saludable.

«El tiempo que pasa en Ananda debería ser una inversión para cambiar su estilo de vida», dice la directora general Aniket Sarkar. Destaca que, según su punto de vista, el objetivo de esta forma de entender la «hospitalidad es enriquecer la vida de toda persona que lo necesite”, y añade que casi todo el que viene sabe que algo se puede mejorar. “Cada tratamiento y cada comida es un paso en esa dirección. Este es un entorno apropiado para romper viejos hábitos antes de crear otros nuevos. Queremos que nuestros huéspedes sientan que el bienestar es sostenible”.

Los huéspedes que vienen para programas estrictos de desintoxicación, panchakarma (un rejuvenecimiento ayurvédico integral) y pérdida de peso toman dietas líquidas o muy limitadas. Pero los ciertos es que, en general, la comida es ligera sin ser demasiado espartana. Hay mucha variedad, de toda la India y más allá, con una razonable cantidad de especias. Nunca me sentí llena, pero tampoco pasé hambre.

Los wraps de tofu se presentan en una bandeja de madera en el retiro de bienestar Ananda en India
Wraps de tofu al horno con brotes y jengibre encurtido. FOTOGRAFÍA ROSO

Se anima a todos a recibir una clase de cocina privada o en grupo, que incluye algunos principios ayurvédicos (qué elegir para cada dosha, las maravillas del ghee), así como conocimientos generales sobre alimentación sana, como elegir vegetales reales en lugar de carne sintética altamente procesada, además de consejos para que la comida sepa bien.

El chef Diwaker Balodi, director de cocina, llegó de los lujosos complejos turísticos de Oberoi en la India, donde cocinaba con carne y sal y otros ingredientes habitualmente usados para que la comida supiera bien. Pero no fue difícil pasar de eso a esto, dice: “son las mismas técnicas de cocina. Sólo tenemos que aplicar el nuevo conocimiento que tenemos aquí”.

En cualquier caso, las comidas son el punto culminante de jornadas que combinan calma y rigor, orientación experta y autodescubrimiento. Hay yoga a primera hora de la mañana y charlas de meditación y filosofía al final de la tarde. Los invitados reciben libretas llenas de indicaciones donde también pueden escribir un diario y sus horarios se combinan con sesiones privadas de todo tipo de disciplinas, desde fisioterapia hasta curación emocional: aprender a amar, confiar y creer en uno mismo.

El comedor del spa Ananda en India tiene piso blanco y negro y arte en el techo
El comedor. CORTESÍA DEL HOTEL

Hay más de 15 programas de bienestar, que van desde el manejo del estrés y la desintoxicación hasta terapias para abordar problemas como la falta de sueño, la infertilidad, la menopausia y lo que delicadamente se llama equilibrio hormonal masculino. Según dicen aquí dicen, problemas que nos llegan porque “nos separamos de nuestra forma natural de vida”. También se encuentra en fase de investigación y desarrollo un programa de diabetes a partir de estudios que demuestran que el tratamiento holístico puede ayudar a que los pacientes dejen de usar insulina.

Todo esto lleva tiempo, por supuesto, y la estancia mínima de facto es una semana completa. Muchos programas requieren 14, 21 días o más. A menudo, los huéspedes trabajan de forma remota durante estancias más largas y Sarkar dice que el entorno de trabajo de Ananda aumenta su productividad. Realizan el trabajo de un día en unas pocas horas.

Por supuesto, cuentan con la ayuda de 300 personas que los apoyan, no solo ofreciendo consultas y administrando tratamientos sino también cocinando, limpiando e incluso lavando los pijamas blancos que todos usan durante su estancia. “Ayudamos a prepararse para crear un estilo de vida que priorice la salud”, dice Malati Mehrish, directora de yoga y meditación. Y aunque siempre hay un enfoque individual, «estamos recopilando datos de todos y tratando de documentar nuestros resultados».

Y continúa: “los cambios que hemos realizado en los últimos años están creando una atractiva combinación que es adecuada para estos tiempos. Es la mejor de las terapias que la gente quiere y necesita. Estamos creando una contranarrativa: que hay un lugar para la sabiduría antigua en la vida moderna”. Algo importante, sin duda para la década que estamos viviendo.

Tema publicado en Forbes.com. Para leer el original, puedes pinchar aquí.

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