El mundo profesional es cada vez más exigente, pero esto no puede hacernos perder la perspectiva de lo que realmente importa. Y ese es el principal factor diferencial de eserp, que desde 1985 ofrece un modelo de formación más humano e implicado con sus alumnos. Con sedes en Madrid, Barcelona y Mallorca, esta escuela de negocios ha conseguido convertirse en todo un referente en el sector gracias a su apuesta por el desarrollo de soft skills por parte de sus alumnos, que van mucho más allá del conocimiento puro y están encaminadas a formar profesionales con pensamiento crítico, completos y humanos.
Por eso, en el corazón de su oferta formativa se encuentra la figura del Student Advisor, profesionales que no sólo guían académicamente a sus alumnos, sino que también les acompañan emocionalmente, ayudándoles a descubrir sus fortalezas y a enfrentar desafíos con confianza. José Alejandro Rodríguez, que ejerce esta figura en la escuela, lo explica así: “Nuestro rol consiste en crear un espacio seguro donde los estudiantes puedan crecer como personas y profesionales. Estamos ahí para guiarlos, apoyarlos y proporcionarles las herramientas necesarias para su desarrollo”. Es decir, que más allá de los conocimientos teóricos que ofrece la escuela, esta figura tratará durante el curso de potenciar habilidades prácticas que los estudiantes puedan aplicar en el entorno laboral. “Les brindamos oportunidades para experimentar, fallar y aprender, preparándolos para el mundo real”, explica Rodríguez.
Pero, ¿cómo se lleva esto a la práctica?. Según Paloma Castro, otra de las Student Advisor de eserp, “desde el primer día, nos esforzamos por crear un ambiente de aprendizaje colaborativo y personalizado. Integrando la neurociencia en nuestras prácticas, fomentamos el trabajo en equipo en el aula y proporcionamos ejemplos reales que conectan con la vida diaria de nuestros estudiantes”. El proceso empieza desde los Welcome Days y se desarrolla durante todo el curso mediante distintas sesiones. A través de ellas, detectan el perfil que tiene cada estudiante para poder diseñar un camino personalizado basado en sus capacidades e intereses. “Ahora, por ejemplo, hemos detectado la demanda por temas como la inteligencia artificial, por lo que intentamos, de alguna manera, que puedan integrar estas nuevas herramientas en situaciones reales a través de nuestra red de contactos”, explica Castro. Por su parte, José Alejandro Rodríguez pone otro ejemplo concreto y reciente. “En el proyecto de Digital Marketing and E-Commerce, desafiamos a los estudiantes a desarrollar un prototipo de campaña digital en un trimestre. A través de nuestro acompañamiento y el trabajo en equipos multidisciplinarios, les demostramos que tienen la capacidad de encontrar soluciones a problemas complejos”.
También es especialmente importante su labor cuando las cosas no van del todo bien. “Si una persona nos dice que siente ansiedad porque tiene que trabajar y estudiar, realmente lo que tenemos que ver es lo que hay detrás para ayudarles a lidiar con la incertidumbre, a reconocer que no siempre tendrán todas las respuestas y que está bien sentirse incómodo a veces”, explica Paloma Castro. “Esas soft skills al final son las más importantes para su futuro profesional y las que más demandan las empresas, por eso es importante detectar las más urgentes y potenciarlas”, añade Rodríguez.
En cuanto al perfil de estos Student Advisor, eserp se ha esmerado en encontrar a profesionales que, además de tener el conocimiento necesario para inspirar a sus alumnos, tengan también la experiencia y la capacidad de empatía para conectar con ellos. Sobre todo porque su relación con ellos no acabará con el fin del curso. “Cuando abren sus negocios nos invitan, mientras que nosotros también les traemos para que hagan aquí conferencias, exposiciones o incluso presenten libros. Esto es de por vida. Cualquier alumno egresado puede contactar y podemos ayudarle en su desarrollo profesional”, remarca Rodríguez.