Obituario

Muere Paul Auster, el escritor que se convirtió en patrón de Brooklyn y de la literatura americana

El escritor originario de Brookly falleció el pasado martes a causa de un cáncer de pulmón que le fue diagnosticado el año pasado. Nunca ganó el Nobel de Literatura, pero siempre tuvo el prestigio de su barrio y de la gente que amaba su literatura.

El epílogo de la vida de Paul Auster que escribió con puño y letra de oro ha llegado y ya no quedan más páginas en esta obra en la que el escritor estadounidense nos ha dejado cientos de historias. Su pluma y su manera de expresar la literatura, que solo los genios como él son capaces de tal, se entierran junto al «Patrón de Brooklyn» tras no lograr vencer a un cáncer de pulmón que padecía desde hace un año. Su obituario llega además meses más tarde de la salida de su última obra, Baumgartner, que recapitula 50 años de literatura ‘made in Brooklyn’.

Precisamente, su forma de escribir y su manera de enlazar al barrio que le vio crecer -pero no nacer, ya que su Estado originario era la zona vecina de Nueva Jersey- fue la que le permitió ser considerado por aquello que muchos genios como él suelen rechazar: uno de los mejores escritores de la historia de Estados Unidos. Incluso la revista Times lo calificó como «el escritor con la inventiva más espectacular del mundo literario». Pero en su vitrina siempre faltaba el mismo premio de siempre: el Nobel de Literatura. Aunque, como se intuye en las líneas anteriores, era algo que Paul Auster no solía ansiar.

MIAMI, FL – FEBRUARY 21: Author Paul Auster poses for portrait before A Evening with Paul Auster & friends! MUSIC, MAGIC & THE MUSE: for his latest novel, «4 3 2 1» features performance by singer Sophie Auster and magicians David Blaine at Adrienne Arsht Center – Knight Concert Hall on February 21, 2017 in Miami, Florida. (Photo by Johnny Louis/FilmMagic)

Aunque uno de los reconocimientos que más apreció Paul Auster fue cuando desde el gobierno de Brooklyn nombró al escritor como patrón laico del barrio que le formó como persona y como escritor. Se convirtió así en una figura reconocible del barrio más emblemático de Nueva York y siendo recordado como «la pluma de Brooklyn» para muchos críticos.

Entre sus obras más destacadas se encuentran Trilogía de Nueva York, 4 3 2 1, Leviatán, Brookly Foolies o La Ciudad de Cristal, entre muchos libros más. Colaboró incluso en la gran pantalla codirigiendo y escribiendo el guion de películas como Cigarrillos, Humos del vecino, Heridas de amor, La vida interior de Martin Frost y El país de las últimas cosas.

Su obra en vida tuvo un final con un drama característico de sus obras. Su hijo, Daniel y su nieta, fallecieron hace un par de años de forma trágica. Según informaban algunos medios neoyorkinos, la bebé de 10 meses habría fallecido a causa de una sobredosis de heroína y fentanilo. Daniel, acusado de homicidio involuntario, horas después de ser puesto en libertad provisional, fallecía también por la misma causa. Este trágico momento marcó los años finales de Paul Auster.

Paul Auster, feliz tras recibir el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006 / Getty Images.

En cuanto a su relación con España, Paul Auster no fue uno de esos artistas que reconocían su amor por nuestro país, aunque en sus escasas visitas a Madrid y Barcelona, pudo afirmar que España era un país peculiar. Aunque seguro que su opinión mejoró en 2006 cuando recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Entre sus palabras de agradecimiento, Auster dejó frases emblemáticas como esta: «El arte es inútil, al menos comparado con, digamos, el trabajo de un fontanero, un médico o un maquinista. Pero ¿qué tiene de malo la inutilidad?».

También tuvo una estrecha relación con la editorial española Anagrama, quien le editaba los libros en nuestro país, hasta el año 2011, cuando Auster firmó por Seix Barral por una suma de dinero importante. Al director de Anagrama, Jorge Herralde, no le gustó aquel movimiento del escritor americano, por lo que Auster le escribió una carta pidiéndole perdón y admirando incluso su relación con la editorial: «Tu amistad es esencial para mí y hasta que me metan en el ataúd quiero seguir siendo un miembro de la familia Anagrama», firmó Paul Auster.