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Derby Hotels Collection, cada hotel es como un pequeño museo

Jordi Clos y su hijio Joaquín Clos posan en exclusiva para el objetivo de la revista Forbes. © Xavi Torres-Bacchett

Este año se cumplen 50 años de la apertura del primer hotel de la compañía Derby Hotels Collection, el Derby Hotel. Este holding catalán cuenta con 23 establecimientos repartidos entre Barcelona, Madrid, Londres y París.

Su propietario, Jordi Clos (Barcelona, 1950), es un empresario hecho a sí mismo. Nació en el humilde barrio barcelonés del Raval, y gracias a su optimismo, coraje y tenacidad ha llegado a lo más alto en el mundo de los negocios. Su hijo, Joaquín Clos Casellas (Barcelona, 1981), director general de la cade- na, es la tercera generación y será quien tome el testigo de su padre al frente de la compañía cuando éste se jubile. Tras diplomarse en Turismo por ESADE, ha realizado un programa de Finanzas para directivos no financieros en la Escuela de negocio IESE. Antes de incorporarse definitivamente en la empresa familiar se curtió en diversas compañías hoteleras (Catalona, HUSA, Concorde).

El empresario barcelonés comenzó como botones en una inmobiliaria; luego trabajó en una tienda de muebles, y más tarde decidió crear su propia compañía, hasta que le surgió la oportunidad de entrar en el negocio hotelero. “Descubrí que mis conocimientos de decoración y de diseño aplicados a la hostelería podían dar lugar a un proyecto muy interesante. Así que un día del año 1968, hablando con mi suegro, me contó que el hotel Derby no funcionaba bien y que tenía muchísimos problemas con el personal. De hecho, como pude averiguar más tarde, el principal problema era que nadie gestionaba nada, y que ninguno de los socios le dedicaba al hotel la atención que un negocio de estructura tan compleja requería. Cuando mi suegro, tras consultar con sus dos socios, me preguntó si quería dirigir aquel nuevo hotel, acepté su propuesta. Saqué papel y lápiz y me puse manos a la obra, a buscar soluciones prácticas y estéticas, aunque también hubo que usar el bisturí y hacer limpieza”.

En seis meses, el hotel empezaba a funcionar de manera muy diferente y se respiraba otro aire. “En ese momento −prosigue Clos− uno de los socios decidió dejar la empresa y tuve la oportunidad de comprar su parte, con lo que, de pronto, aquel trabajo empezaba a cobrar visos de proyecto personal, de empresa propia y de futuro, y así es como entré a formar parte de la compañía”. De esto ya han pasado 50 años. Ahora, Jordi Clos es el presidente de Derby Hotels Collection, una de las empresas hoteleras españolas más sólidas y rentables del panorama actual.

“Lo que realmente hemos conseguido, y me hace sentir muy feliz, es haber creado una compañía con una identidad propia por estar ubicados en edificios históricos, antiguos pa- lacios, casas victorianas…, y por el arte que albergan −asegura el empresario−. El diseño clásico era el único concepto que existía en España. Y nosotros llegamos con un tipo de hotel que quería romper con esa estructura: un hotel de diseño. Es decir, que cada una de las unidades de negocio tuviera una identidad para poder transformarlos, un prestigio internacional y que estuviera muy relaciona- da con el arte, la cultura y la arquitectura de la ciudad en la que se encuentra, mezclando los estilos más clásicos con la modernidad más actual. Cada hotel es un pequeño museo, y en este momento la compañía tiene 5.000 obras de arte, aparte de las más de mil que tenemos en el Museo Egipcio de Barcelona.

Esto me produce una gran satisfacción, ya que si, por ejemplo, en lugar de tener estos 23 hoteles tuviera otros de estilo americanizado o estándar, no me sentiría realizado de haber conseguido hacer lo que en su momento pensamos”, dice Clos.

Otra de las cosas de la que está más satisfecho a lo largo de estos años ha sido la fidelización del cliente, a los que dan un trato muy personalizado. “Por ejemplo, el propietario de le empresa El Caserío era cliente nuestro desde la época del Derby, y como venía cada semana, incluso tenía su habitación con de- talles exclusivos para él. Posteriormente, su hijo ha seguido viniendo, y no hace mucho que estuvo alojado también su nieto. Evidentemente, esto no ocurre siempre, y más ahora con las plataformas de reservas. Pero está claro que una parte importantísima de quienes se alojan en nuestros hoteles son es- tos clientes fieles, que hace años que vienen y piden siempre la misma habitación, y si algún día está ocupada por otro cliente, se molestan un poco, pero enseguida intentamos complacerlos. Hay anécdotas como la de la escritora Maruja Torres, que hace años pasaba algunos días en el hotel Astoria, y siempre acompañada por su perro que la primera vez nos mordió una mesa; vino una segunda vez y la volvió a morder. Así que el director decidió guardar esa mesa y cuando ella volvía a alojarse en el hotel se la ponía de nuevo”, comenta Clos entre risas.

El secreto de su éxito empresarial, dice con modestia el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, no ha estado tanto en su intuición como en saber rodearse de buenos equipos. “Soy un jefe muy accesible para mis empleados. Ellos saben que tienen mis puertas abiertas para lo que quieran, porque estoy convencido de que el verdadero motor de la compañía es nuestro personal, ya que el factor humano es importantísimo para con- seguir el éxito. Por eso hay que rodearse de gente fiel y de un buen equipo, y crear con ellos un vínculo fuerte y duradero. Cada mes hacemos un seguimiento de la satisfacción del cliente, y una de las cosas que siempre están mejor puntuadas es la atención de nuestros empleados”, apunta Jordi Clos.

Derby Hotells Collecition es una empresa familiar, y a pesar de que han tenido varias ofertas, siempre las han rechazado. “En estos años hemos tenido muchos cantos de sirena, pero somos una empresa familiar muy unida, ya que siempre hemos mantenido el núcleo familiar y el patrimonio en la compañía. Eso no quiere decir que iniciemos otros proyectos, como el que ha comenzado Joaquín con Marriot, que no es de venta ni de gestión, sino de coordinación y de cooperación con ellos”.

Padre e hijo empezaron de botones

Joaquín Clos es el director general de la compañía hotelera y tiene una cosa en común con su padre: también empezó de botones en el mundo laboral. “Hacer ese recorrido desde abajo hacia arriba te da otra visión de la empresa −afirma Joaquín−. Yo comencé a trabajar en el Caesar de Londres en 2004. Me instalé allí durante dos años. Si realmente quieres ganarte la vida como hotelero, es básico empezar desde abajo como botones, y así conoces el negocio desde sus entrañas. Esto conlleva desde pelar patatas o cebollas en la cocina, hasta estar en un departamento de pisos o en recepción. A partir de ahí, una vez que ya has adquirido conocimientos, puedes ascender a posiciones de management, en las cuales es más fácil tomar decisiones y dar directrices porque conoces muy bien los entresijos del día a día de un hotel”.

Joaquín explica que admira muchas cosas de su padre, aunque, si tiene que elegir una, se queda con la humildad. “Quien no conoce la historia de mi padre puede pensar que na- ció en una posición acomodada y que no tuvo que trabajar duro, pero es todo lo contrario. Es algo que saben todas las personas que trabajan con nosotros, porque cuando hemos tenido que abrir un hotel es el primero en ponerse a limpiar habitaciones o a hacer camas. Al final, siempre es importante poder hablar de tú a tú con nuestros empleados. También admiro y envidio su amor por la ciudad de Barcelona, por la que ha trabajado mucho y, sobre todo, en momentos en los que la ciudad más lo necesitaba, y eso es algo muy positivo que aún recuerda mucha gente”.

Joaquín tiene un hermano mellizo, Jorge, que también está muy involucrado en la compañía, en el área de decoración y diseño, que es donde disfruta, y a la vez va aprendiendo lo que es una organización empresarial que es importante para el rol que seguro desempeñará más adelante.