El 59% de la población bancarizada estaría dispuesta a pagar únicamente por medios digitales y el 62% asocia el dinero en efectivo con un impacto ecológico más elevado, seguido de los pagos con tarjetas físicas (59%) y, en menor medida, los pagos desde cuenta, considerados poco sostenibles por un 38% de los usuarios.
Así lo constata el informe temático ‘Los pagos digitales y su perspectiva social y ambiental’ de Minsait Payments, donde se observa un movimiento «significativo» hacia los pagos digitales, en línea con un interés por reducir el uso de dinero físico, que a menudo está asociado con mayores costes ambientales.
Según el estudio de Minsait Payments, a medida que aumenta la edad del usuario desciende el porcentaje de quienes creen que el efectivo es uno de los medios de pago con mayor impacto medioambiental. De ahí que, en Europa se mantengan aún reservas para abandonar el dinero físico, siendo Portugal el país que más ventajas continúa viendo en este modelo.
Del informe también se desprende «la hegemonía» de la tarjeta de débito, que sigue siendo el medio de pago preferido en todos los países analizados, con registros de tenencia superiores al 90% salvo en Colombia, España e Italia, que rondan el 85%.
Además, la estabilidad de la tarjeta de débito contrasta con el significativo crecimiento del prepago, especialmente en países donde su tenencia se ha duplicado en los últimos dos años.
En concreto, Minsait se ha referido al caso de Ecuador, donde el 37% de la ciudadanía reconoce disponer de una tarjeta de prepago, y al de República Dominicana, con un 50%. De todas formas, Argentina, Chile a Italia lideran el ranking con porcentajes del 56%, 59% y 63%, respectivamente.
En general, las tarjetas de crédito se sitúan entre ambas modalidades (débito y prepago), con un porcentaje de uso que oscila entre el 51% de Italia y el 83% de Brasil, mientras que en España la tenencia de tarjetas de crédito está en el 56%.
El informe de Minsait Payments también discute un cambio notable en la percepción pública respecto al impacto ambiental de los diferentes métodos de pago.
En este contexto, ha habido un descenso en el riesgo percibido, lo que podría afectar la disposición de los consumidores para adoptar prácticas más sostenibles, aunque los pagos digitales siguen siendo preferidos por su menor impacto ambiental.
Así, algunas medidas que los usuarios tomarían con este propósito serían: eliminar las facturas o recibos en papel y usar tarjetas de pago fabricadas con materiales sostenibles (71%); realizar pagos únicamente con medios digitales (59%); la demanda de información sobre las emisiones de dióxido de carbono y el impacto ambiental de los pagos efectuados (53%); y, por último, la eliminación del dinero en efectivo en las transacciones (43%).