La deuda pública de China romperá por primera vez en su historia reciente la barrera psicológica del 100% en 2027 y superará el 110% tan solo dos años después, según ha informado este miércoles el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su ‘Fiscal Monitor’.
Las estimaciones para la segunda economía mundial arrojan una deuda pública del 88,6% en 2024, pero que rebasará el 100% en 2027 tras anotarse un 101,8% en dicho ejercicio. El pasivo seguirá creciendo hasta el 110,1% en 2029.
Esta dinámica obedecerá al mantenimiento de un desfase entre ingresos y gastos que será del 7,4% en 2024 y que no hará sino ampliarse hasta el 7,9% antes de 2030 por el mayor desembolso en pensiones e intereses. Además, el crecimiento económico chino se ralentizará en el medio plazo por la caída de la población en edad de trabajar y la moderación de la productividad.
«A pesar de unos diferenciales muy favorables entre los tipos de interés y el crecimiento, se prevé que los persistentes y elevados déficits primarios sigan aumentando la deuda pública del país», ha explicado el FMI.
Igualmente, los apuros del sector inmobiliario serán un «lastre importante» para el PIB al incidir sobre los mercados financieros, la confianza de los consumidores y al tensionar las cuentas de los gobiernos locales.
El organismo capitaneado por Kristalina Georgieva ha avisado de que el menor crecimiento en China puede tener consecuencias sobre la evolución macroeconómica y el comercio a nivel mundial, con especial repercusión sobre los principales socios de Pekín.
LA DEUDA DE ESTADOS UNIDOS POR ENCIMA DEL 120% DEL PIB
En el caso de Estados Unidos, las previsiones del FMI apuntan a que su deuda cerrará este año en el 123,3% y que irá incrementándose progresivamente hasta el 133,9% para 2029. En este sentido, el déficit será en 2024 del 6,5% y repuntará al 7,1% para 2025, si bien se contendrá al 6% para 2029.
La relajación de su política fiscal «podría dificultar la ‘última milla de la desinflación’ y agravar la carga de la deuda», especialmente, al ser 2024 año electoral en Estados Unidos. Asimismo, el efecto contagio hacia los tipos de interés del resto de países podría contribuir a endurecer las condiciones financieras.