Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE estudian si destinan parte de sus fondos nacionales a financiar iniciativas e inversiones paneuropeas, según propone el informe sobre competitividad de la UE elaborado el ex primer ministro italiano Enrico Letta por encargo del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y que se presentará oficialmente en la cumbre de este jueves en Bruselas.
El documento, al que ha tenido acceso Europa Press, plantea equilibrar una aplicación «más estricta» de las ayudas estatales a nivel nacional y la «ampliación progresiva del apoyo financiero a nivel de la UE», además de una simplificación normativa y la reducción de la burocracia que pase por abordar la «asimetría» entre territorios y sistemas jurídicos y fiscales entre otros «obstáculos» para la actividad productiva.
«En concreto, podríamos prever un mecanismo de contribución a las ayudas estatales que obligue a los Estados miembro a destinar una parte de sus fondos nacionales a financiar iniciativas e inversiones paneuropeas», señala el ya conocido como ‘informe Letta’.
Esta es una de las «soluciones innovadoras» que el ex primer ministro pide poner en marcha a fin de encontrar un «equilibrio» entre la necesidad de movilizar rápidamente ayudas públicas específicas para la industria y, por otro, evitar la fragmentación del mercado único.
Letta reconoce que la progresiva relajación de las ayudas estatales en respuesta a las recientes crisis ha contribuido a limitar los efectos negativos sobre la economía real, esta también ha producido «distorsiones de la competencia», al tiempo que alerta del «riesgo» de la competencia desleal, debido a la «diferencia de espacio fiscal» de la que disponen los Estados miembro.
Frente a ese escenario, el informe considera que el desbloqueo de las inversiones privadas y un enfoque renovado de las ayudas estatales facilitarán la creación de las condiciones políticas necesarias para desarrollar las inversiones públicas europeas. «La idea es superar los intereses nacionales para aceptar la acción conjunta», han señalado fuentes europeas.
En este sentido, se propone que la estrategia industrial de la UE adopte un enfoque más europeo, basándose en el modelo de los Proyectos de Importante Interés Europeo (IPCEI, por sus siglas en inglés), sin dejar de garantizar que la igualdad de condiciones no se ve comprometida por subvenciones perjudiciales, para poder contrarrestar los instrumentos adoptados por competidores como Estados Unidos, China o India.
Ante la fuerte competencia mundial, la UE debe redoblar sus esfuerzos para desarrollar una estrategia industrial competitiva capaz de contrarrestar los instrumentos adoptados recientemente por otras potencias mundiales, como la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense.
FUGA DE INVERSIÓN
El informe también alerta de la fuga, cada año, de unos 300.000 millones de euros de ahorros de las familias europeas a los mercados extranjeros, principalmente a la economía estadounidense, debido a la fragmentación del mercados financiero de la UE.
Una estimación que también comparte la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, quien advirtió también de que el flujo financiero neto que sale de Europa al resto del mundo, sobre todo a Estados Unidos, alcanza los 250.000 millones de euros, lo que supone el 1,8% del PIB de la UE.
En este contexto, el documento aboga por una «transformación significativa» que incluye la creación de una Unión del Ahorro y la Inversión, desarrollada a partir de la incompleta Unión de Mercados de Capitales.
AMPLIACIÓN Y DEFENSA
Esta visión estratégica que entronca las recomendaciones elaboradas por Letta se aplica también a «los otros dos grandes procesos que configurarán la UE en la próxima década»: la ampliación y el reto de la seguridad.
Al respecto, el informe propone la creación de un Fondo de Solidaridad para la Ampliación, dotado de los recursos financieros necesarios para gestionar y facilitar la adhesión «fluida» de nuevos Estados miembro, una herramienta que, a juicio de Letta, «podría ser vital para apoyar este proceso».
En la misma línea, plantea también avanzar hacia el desarrollo de un Mercado Común de la Industria de Seguridad y Defensa, algo «crucial» para dotar a la UE de los medios necesarios para hacer frente a los retos de seguridad actuales y futuros, mientras que para modernizar las capacidades de defensa de la UE se deben «desarrollar medidas e instrumentos innovadores que integren eficazmente recursos financieros públicos y privados».