Isabella cursó su bachillerato en el colegio de EF Academy de Nueva York. Las clases de biología, física y arte eran sus favoritas. Cuando el Covid-19 desbarató nuestras vidas en 2020, ideó una mascarilla con un filtro que evitaba que se escapara el aire. Tras pocos meses, su diseño circulaba por el mundo. Isabella encarna el éxito de este proyecto educativo centrado en “crear personas capaces de pensar por sí mismas, relacionar ideas, construir otras nuevas y participar activamente en el mundo”, explica Ariadna Sanahuja, directora de EF Academy en España, Andorra y Portugal.
En sus internados de Nueva York, Oxford o Pasadena, el estudiante obtiene un diploma de secundaria o bachillerato de EE UU o Reino Unido, convalidable con el sistema educativo español. “Es importante construir relaciones con los alumnos”, asegura Sanahuja. “Las relaciones son lo primero; la enseñanza, lo segundo”. Como cada alumno es único, se diseña un itinerario personalizado basado en sus talentos, identificando qué programa se adapta mejor: el American High School diploma, el Bachillerato Internacional o los ‘A levels’ del Reino Unido. Y después, durante su formación, recibe tutorización diaria.
Educarse en el extranjero contribuye al crecimiento personal y, gracias a la representación directa en España de EF Academy, se acompaña a los estudiantes en todo el proceso, más allá de lo académico. “Vivir en otro país amplía la perspectiva. Hay que enfrentarte a desafíos que te ayudan a desarrollar confianza, independencia y capacidad para resolver problemas”.
Los datos apoyan una trayectoria de más de cincuenta años de aprendizaje intercultural: el 99% de los alumnos acceden con éxito a la universidad. “Capacitamos a jóvenes de todas las nacionalidades para que desarrollen su potencial y sean ciudadanos globales”, concluye Sanahuja. Toda una garantía de éxito.