El sistema financiero español ha sobrellevado bien el endurecimiento de las condiciones monetarias y financieras durante el ciclo de subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE), según refleja en su declaración final la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ha visitado el país en el marco del Artículo IV y que no aprecia indicios significativos de acumulación de riesgos sistémicos en el sector inmobiliario.
En su repaso a la situación financiera, los técnicos del FMI señalan que las entidades bancarias significativas (EBS) de España cuentan con abundantes colchones de liquidez y sus ratios de capital han experimentado mejoras moderadas gracias al impulso de la rentabilidad por el aumento del margen de interés neto, mientras que el sector privado ha visto reforzada su resiliencia por la sólida marcha económica y el desapalancamiento ininterrumpido frente al alza de los tipos de interés, reforzando la calidad de los activos bancarios.
Asimismo, a pesar del alza de los tipos de interés y de la disminución del volumen de transacciones, los precios de la vivienda en España han experimentado «un aumento moderado», aunque la declaración asegura que «no se observan indicios significativos de acumulación de riesgos sistémicos ni en el mercado inmobiliario residencial ni en el comercial».
Por otro lado, a pesar de que el Programa de Evaluación del Sector Financiero (PESF) en curso ha constatado la resiliencia del sistema financiero español frente a fuertes shocks adversos, la misión del FMI advierte de que el refuerzo de los colchones de capital de las EBS les permitiría satisfacer mejor la demanda de crédito y limitar los costes económicos «en caso de que se materialicen riesgos de cola a la baja».
En las proyecciones de base elaboradas por el personal técnico del FMI, la ratio de capital agregado de las EBS aumentará en un contexto de rentabilidad elevada y continua entre 2024-2025, mientras que la sólida liquidez de los bancos en situaciones de tensión refleja la amplia proporción de depósitos minoristas en su financiación y sus abundantes reservas de activos líquidos de buena calidad.
De tal modo, las pruebas de tensión en términos de solvencia realizadas en el marco del PESF indican que las entidades significativas dan muestras de resiliencia a nivel agregado en un escenario macroeconómico adverso, aunque con un sustancial desapalancamiento crediticio y heterogeneidad entre los bancos.
Por lo tanto, en sus conclusiones recomiendan a las autoridades desplegar políticas para que los bancos aprovechen la elevada rentabilidad actual y engrosen los colchones de capital, que son más bajos que los que mantienen sus pares de la zona del euro.
REFORZAR EL COLCHÓN DE CAPITAL ANTICÍCLICO
A este respecto, los técnicos del FMI consideran que fijar «en cuanto sea factible» una tasa neutral positiva del colchón de capital anticíclico (CCA) afianzaría más la resiliencia del sistema bancario de España.
No obstante, concuerdan con la decisión del Banco de España de mantener la tasa del CCA a un nivel neutral, dada la ausencia de desequilibrios cíclicos, aunque apuntan que una tasa neutral positiva permitiría a los bancos satisfacer la demanda de crédito si se produjera una desaceleración económica severa, por lo que «el personal técnico celebra que el Banco de España esté dispuesto a considerar la adopción de una tasa neutral positiva del CCA».
De este modo, recomiendan que se tome una decisión en cuanto sea factible, teniendo en cuenta que los bancos podrían tolerarlo cómodamente dadas las proyecciones de rentabilidad del actual escenario de base.
Por otro lado, destacando el sólido marco de supervisión y políticas del sistema financiero español, la misión del PESF también ha propuesto medidas específicas para mantener y promover la estabilidad financiera, incluyendo aumentar la transparencia, el impacto y la rendición de cuentas de la autoridad macroprudencial nacional.
Asimismo, también plantea reforzar la independencia operacional del Banco de España en relación con la supervisión bancaria; conceder plena autonomía de contratación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), así como asegurarse de que las autoridades supervisoras dispongan de los recursos necesarios para hacer frente a riesgos y dificultades que puedan surgir, como los riesgos de ciberseguridad.