Lejos de las miradas recelosas de los consumidores occidentales, los directores ejecutivos japoneses llevan décadas reescribiendo el manual del liderazgo empresarial.
Optan por la empatía en lugar de la austeridad, y a menudo adoptan medidas audaces para mostrar su compromiso con sus clientes y su personal: la sincera disculpa de una empresa de helados por la subida de precios, el recorte salarial del presidente de Nintendo para proteger los puestos de trabajo y la reducción salarial del director general de una aerolínea para evitar despidos.
Liderar con empatía y sacrificio en lugar de despidos masivos a través de Zoom demuestra un raro tipo de compromiso con la comunidad y una visión a largo plazo por encima de las ganancias inmediatas que todos los directores ejecutivos deberían considerar emular.
La disculpa de Akagi Nyugyo por la subida de precios
Cuando Akagi Nyugyo, un popular fabricante de helados de Japón, decidió subir el precio de su famoso polo «Garigari-kun» por primera vez en 25 años en 2016, adoptó un enfoque poco convencional para dar la noticia a sus clientes.
Reconociendo el impacto de su decisión, la empresa emitió una disculpa televisada, subrayando su reticencia a subir los precios y destacando su compromiso con la calidad y la asequibilidad. Este gesto de transparencia y humildad caló hondo en los consumidores, reforzando la confianza y la fidelidad a la marca.
¿Y lo más increíble de todo? El aumento de precio fue de sólo diez yenes, unos seis céntimos. A principios del pasado mes de marzo apareció una nueva disculpa en su web para acompañar la nueva subida de seis céntimos. Esta vez, todo el personal aparece fotografiado con una reverencia de disculpa, con una sección irónica de fotos con reverencias aún más profundas para uso futuro tomadas ahora por razones de eficiencia.
La lección para los CEO occidentales es clara: la franqueza, la humildad, el humor y la comunicación sincera pueden mitigar las reacciones negativas ante decisiones empresariales necesarias, fomentando una conexión más profunda con los consumidores.
El sacrificio de liderazgo de Nintendo
Durante un periodo de recesión financiera en 2014, Satoru Iwata, el difunto presidente de Nintendo, optó por reducir su salario a la mitad para evitar despedir empleados.
Esta medida no fue solo un sacrificio personal, sino una decisión estratégica para preservar el talento creativo de la empresa, que Iwata consideraba esencial para el éxito futuro. Este acto de solidaridad de liderazgo envió un poderoso mensaje a toda la empresa y a su comunidad, demostrando una prioridad de la estabilidad a largo plazo sobre las ganancias a corto plazo.
En una época en la que los directores ejecutivos estadounidenses ganan 185 veces más que sus empleados, cabe imaginar la fuerte reacción que podrían generar los dirigentes si decidieran moderar sus primas en lugar de despedir a sus empleados.
Recorte salarial del director ejecutivo de una aerolínea japonesa
De forma similar, en 2007, Haruka Nishimatsu, exconsejero delegado de Japan Airlines, optó por reducir su salario en un 60% en respuesta a las dificultades financieras de la empresa para evitar despidos.
Esta decisión puso de relieve una cultura corporativa que valora el bienestar colectivo y la visión a largo plazo por encima de la compensación individual y la rentabilidad a corto plazo. Estas acciones no sólo mantienen la moral, sino que también inspiran dedicación y una fuerte ética laboral entre los empleados.
La lección de los ejemplos anteriores: proteger a su equipo en tiempos difíciles puede mejorar la moral y la lealtad de la empresa, que son inestimables en tiempos de recuperación y crecimiento.
Centrismo en el consumidor: un camino a seguir
Estos ejemplos de Japón encarnan un tipo de gestión centrada en el consumidor y el empleado que contrasta fuertemente con los enfoques más convencionales y orientados al beneficio que se observan en Estados Unidos y otros países.
Apoyándose estratégicamente en la transparencia, la empatía y el sacrificio compartido, estos líderes no sólo han guiado a sus empresas a través de los retos inmediatos, sino que también han construido una sólida base de confianza y lealtad que es fundamental para el éxito a largo plazo.
Para los consejeros delegados y los líderes empresariales de todo el mundo, estas historias constituyen casos de estudio convincentes sobre el valor de dar prioridad a las personas, ya sean consumidores o empleados. Adoptar un enfoque centrado en el consumidor y demostrar una preocupación genuina por el bienestar de los empleados puede ser un cambio de paradigma verdaderamente transformador con enormes beneficios.
No es necesario ser una B-Corp para hacer el bien como prioridad, a menudo todo lo que se necesita es un compromiso sincero con los empleados y los consumidores, incluso si aligera temporalmente la cartera del CEO.
La lección es clara: las empresas que se atreven a dar prioridad al bienestar de su comunidad, incluso a costa de beneficios a corto plazo o de ganancias personales, pueden fomentar una base de apoyo más fuerte y leal que resulta inestimable en cualquier clima empresarial.