«Era una época de grandes empresas de moda, globalización y un enfoque impersonal del diseño. Creo que es importante volver al corazón del proceso creativo y confeccionar prendas bellas, pero ponibles, con los mejores materiales», pronunció Giorgio Armani en 2006, cuando decidió que había llegado el momento de cambiar y de dar a los clientes un servicio mucho más especializado.
Convencido ya de iniciar un nuevo capítulo en la firma que fundó casi 50 años atrás en ese mismo año dio forma al servicio Made to Measure, para hombres y mujeres. Lo hizo con la intención de volver al corazón del proceso creativo y confeccionar prendas bellas pero ponibles con los mejores materiales, tal y como él mismo manifestó en el comunicado mencionado.
Giorgio Armani abrió las puertas a varios hitos en la industria que el resto de marcas siguieron muy de cerca. Algunos de ellos ya los mencionamos en Forbes Women, con motivo de la portada del mes de octubre de Forbes Women con Roberta Armani, a quien la cabecera entrevistó, y con la presencia obligada de la marca en las alfombras rojas de los premios del cine, como confirmaron los Goya, los Globos de Oro y los Oscar, en sus últimas ediciones.
Tiene en su historial haber sido pionero en la implantación del power suit o la creación de un armario femenino más holgado y cómodo, esto es, similar al masculino. Para conseguirlo creó la sastrería unisex, más relajada y deconstruida que la tradicional, para que no sólo el hombre pudiera disfrutar de un traje hecho a medida. «Me di cuenta de que algunos de mis clientes querían un proucto único hecho especialmente para ellos. Decidí crear un servicio a medida que ofrece todas las ventajas de una prenda hecha a medida: corte, tejido, forro, botones y detalles únicos. El servicio mezcla tradición y modernidad, combinando el arte de la sastrería con la innovación de un estudio de diseño contemporáneo», explicó el diseñador.
Más tarde llegó la posibilidad de bocetarlo uno mismo, tanto en las colecciones masculinas como en las femeninas. Fue el artífice de una nueva forma de pensar, no tanto revolucionaria como necesaria. La mujer ganaba así igualdad de posibilidades en vestuario y, con ello, se abría paso a una nueva forma de entender la moda que no sólo conquistaría las pasarelas y las calles, también las grandes producciones de Hollywood y las alfombras rojas.
En 2021, el diseñador amplió su servicio a medida a la mujer Giorgio Armani, ofreciendo a las clientas el mismo servicio Made to Order que ya está disponible para los hombres. Este servicio se encuentra en la boutique Giorgio Armani Canalejas, atendidas por personal altamente especializado. Los trajes a medida de Giorgio Armani son un estudio del fino arte de la sastrería, que combina el mundialmente famoso espíritu Armani con la excepcional calidad de la artesanía hecha a medida, partiendo siempre de ideas sencillas y eficaces para conseguir resultados exclusivos y propios del savoir-faire de la italiana.
Esta forma de proceder, partiendo de lo más básicos, tiene su razón de ser en los diseños de la firma de principios de los 80, cuando creó una nueva forma de interpretar la silueta y el vestuario femeninos. Algo que hizo partiendo de la creación de prendas que se adaptaban a las necesidades de las mujeres e infundían confianza en sí mismas, así como una sensación de libertad y naturalidad. Así, cada temporada, las clientes podrán elegir una serie de piezas presentes en la colección y hacer que se adapten a sus gustos personales: americanas combinadas con faldas o pantalones y todo lo que las complementa, desde camisas hasta abrigos. Y con sus líneas simples y elegantes, estas piezas se elaboran con materiales de la mejor calidad. El resultado es un diálogo entre Giorgio Armani y las mujeres, único y diferente para cada una de ellas, a partir del cual se crean piezas perfectas, duraderas y personales.
Y es que si algo sabe hacer a la perfección el diseñador italiano es captar el momento precioso en el que hay que dar un golpe de efecto para seguir creando influencia de la manera más leal posible: desde el gusto por la atemporalidad, haciendo uso del sentido común y valiéndose de las mejores materias primas para un producto de calidad y de excepción.