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Cuatro propuestas para salvar el proyecto europeo

Europa fue siempre el futuro, pero desde hace años su proyecto se ha estancado y se acerca lentamente al abismo. En los últimos quince años he analizado miles de proyectos: grandes, pequeños, de negocios, políticos, estratégicos… Un hecho destaco en mi investigación: todos los proyectos que fracasaron tenían problemas similares. Aquí van los más trascendentales:

1. Falta de visión. Toda transformación importante requiere una visión clara y convincente. Europa tenía uno en sus orígenes. El manifiesto de Altiero Spinelli y Ernesto Rossi “Por una Europa Libre y Unida” describía  una visión de un futuro en el que los aliados y los adversarios se unirían para garantizar que los “viejos absurdos” de Europa nunca regresaran. ¿Cuál es la visión de hoy para Europa?

2. Falta de liderazgo. La característica más importante de un proyecto exitoso es la de contar con un líder valiente, comprometido y carismático. Los líderes consiguen crear equipo y unión sobre los objetivos del proyecto. Nunca en la historia tuvo Europa un vacío de liderazgo político como hoy en día. La falta de modelos y de líderes inspiradores en muchos Estados miembros se refleja a nivel europeo. Hoy, el futuro del proyecto europeo está en manos de Emmanuel Macron, Angela Merkel y poco más.

3. Falta de interés de los ciudadanos. Los proyectos más exitosos ocurren cuando todas, o al menos la mayoría de las partes interesadas (es decir, las personas afectadas por el proyecto), están a favor del cambio. Por ejemplo, durante la introducción del euro, en 2002, prácticamente todos los ciudadanos europeos apoyaron entusiasmados la creación de una moneda única europea.

4. Falta de una fecha clave. Las fechas se graban en la memoria de las personas. Los plazos en la gestión de proyectos se utilizan para enfocar al equipo, aumentar su atención hacia el objetivo final y, por supuesto, presionarlo para que rinda al máximo. Los proyectos que tienen una fecha límite definida, acordada y comunicada tienen mayores posibilidades de éxito. Hay muchos ejemplos de ello. Uno de los mejores fue durante los años de la guerra fría, cuando el presidente norteamericano John F. Kennedy se propuso la audaz meta de “llevar al primer hombre a la Luna antes de finales de los 60”. Esas palabras impulsaron a toda una nación a lograr un proyecto que nunca hubiera sido posible sin esa fecha límite.

Aquí van cuatro ideas para enderezar el proyecto europeo:

1. Cocrear la Visión de Europa. Las organizaciones más avanzadas han pasado de la definición de una visión por parte del equipo directivo a una cocreada con los empleados, e incluso clientes. Las nuevas plataformas de crowdstorming proporcionan la tecnología para empatizar con los más de 300 millones de ciudadanos europeos.

2. Invertir en proyectos impensables con fechas clave. Los líderes europeos establecen prioridades pero no seleccionan e invierten en grandes proyectos. Lo han hecho los norteamericanos durante décadas y cada vez se ve más en Medio Oriente y Asia. Lo crean o no, lo que más une a los europeos es el programa Erasmus de intercambio, establecido en 1987, y el concurso de Eurovisión, creado en 1956.

3. Reestructurar las Instituciones Europeas. El desconocimiento de las instituciones genera escepticismo y distancia respecto a estas. Las estructuras europeas no han cambiado apenas desde 1958. Las empresas son grandes ejemplos de reestructuraciones continuas para atraer clientes, desarrollar nuevas habilidades, modernizarse y mantener una ventaja competitiva. Recientemente estuve en Argentina, un país liderado por un ingeniero, antiguo director de proyectos, que intenta recuperar el país.

4. Una Academia Europea de Liderazgo del Futuro. Europa cuenta con varias de las mejores escuelas de negocio del mundo, pero carece de políticos con capacidad de liderazgo. Hay que crear una escuela de liderazgo moderna y enfocada a las necesidades actuales de nuestra sociedad, que cuente con profesores y profesionales de varios ámbitos, con demostrada experiencia en liderazgo.

Antonio Nieto Rodríguez

Ganador del premio thinkers50 y Jefe de la Oficina de Proyectos de la división Vaccines de GSK