El investigador de Badalona Carles Puente y su equipo de la empresa Fractus pueden estar de celebración. Con más de 150 patentes en su cartera y con una tradición innovadora desde los 90, su compañía se posiciona como líder en el desarrollo y producción de antenas fractales en todo el mundo.
La trayectoria de este “pequeño” gigante europeo y los beneficios que han supuesto la tecnología fractal en nuestras vidas diarias y en el desarrollo del mercado móvil son las principales razones por las que la OEP ha decidido nominar en 2014 al español Carles Puente al Premio Inventor Europeo dentro de la categoría de “pequeñas y medianas empresas”.
¿Qué significa para usted y para la compañía Fractus esta nominación al Inventor Europeo 2014 por parte de la Oficina Europea de Patentes?
Para mí y para el equipo de inventores que hemos sido nominados, supone un reconocimiento a más de 20 años dedicados a la innovación y a estar en la cresta de la ola en lo que es la innovación científica en el campo de las antenas. Además, es un reconocimiento al esfuerzo emprendedor, ya que hace 15 años de la fundación de Fractus y durante este tiempo hemos luchado para que la empresa sea reconocida internacionalmente como líder en nuestro campo, como así ha sido.
Y durante estos 20 años, ¿cómo ha sido el proceso desde que surgió la idea de la antena fractal hasta que se convirtió en negocio?
La investigación empezó a principios de los 90 cuando yo estaba en EEUU cursando un Máster en Ingeniería Eléctrica. Partió de una idea de cuando yo era estudiante en la UPC: utilizar los fractales para hacer antenas con unas propiedades especiales, que las antenas comerciales no tenían. Después de esa etapa en EEUU, volví a Barcelona y estuve 6 años de profesor en la UPC haciendo la parte más científica de la investigación. A partir del 99, fundamos Fractus con el objetivo de que ese avance científico se convirtiera en una innovación de mercado. Desde el punto de vista técnico, las antenas que actualmente llevan los teléfonos es una evolución de esa tecnología fractal que desarrollamos nosotros en los años noventa. De hecho, estamos ya por la tercera generación tecnológica, que han surgido después de años de investigación, innovación y de aplicar esa ciencia que habíamos desarrollado en la UPC en un contexto real de mercado.
¿Hacia dónde evoluciona la tecnología de antenas?
Nuestra visión es que al final dentro de unos años todo el móvil actuará como antena y llevará unos elementos diminutos que llamamos antenas boosters que dan algunas ventajas respecto a la tecnología actual, como por ejemplo, una estandarización de la solución de antena para todos los móviles, cosa que ahora no es así.
¿Estáis desarrollando ya en Fractus esta tecnología?
El desarrollo de la tecnología es un esfuerzo constante, tenemos las bases de esa tecnología, hemos lanzado el pasado mes de octubre el primer producto basado en esta cuarta generación, pero ahora este verano contamos con que lanzaremos dos productos más y esto es sólo el comienzo. Pero lleva un cierto tiempo que la industria adopte un cambio tecnológico importante.
¿Y cuáles son las principales ventajas de las patentes Multilevel y Spacefilling premiadas por la OEP y que tienen su origen en la tecnología fractal?
La primera ventaja es la reducción de tamaño. En el pasado, los teléfonos móviles tenían la antena externa que tenía que sobresalir del teléfono y algunas veces se tenía que extender para tener buena cobertura. Al reducir el tamaño de la antena, esta se podía integrar dentro del teléfono y por lo tanto hoy en día parece que los teléfonos no la llevan incorporadas.
La segunda ventaja importante es que nuestra antena es multibanda. Con la tecnología tradicional, cada banda llevaría asociada una antena, con lo cual no sólo tendríamos una antena en el exterior, sino que varias. Con la antena fractal lo que hemos conseguido es una única antena que se comunique en varias bandas y que esté escondida en el teléfono y es lo que permite hoy en día que los teléfonos sean como estamos acostumbrados.
Como emprendedor e innovador, ¿cuáles han sido las mayores dificultades para convertir su idea en negocio?
Una empresa está sujeta a todo tipo de vaivenes, cambios, tendencias de mercado, cambios de política de las inversiones en los operadores…pero destacaría la necesidad que ha tenido Fractus de hacerse respetar judicialmente por su propiedad intelectual, por sus patentes. Fractus, en el año 2009, impuso una demanda en EEUU contra 10 fabricantes de telefonía móvil por infracción de patentes y con resultados positivos. Ese fue un momento clave para la empresa para poder validar nuestra aportación de valor al mercado de telefonía móvil y desarrollar un negocio en torno a esa propiedad intelectual y esas patentes.
Para finalizar, ¿qué consejos daría como investigador europeo a los que se encuentran en pleno desarrollo de una buena idea?
A los investigadores les aconsejaría por supuesto que consideren la conveniencia de montar una empresa y que compartan su proyecto con un equipo emprendedor potente que les complemente para abordar todas las actividades y aspectos críticos que tiene cualquier negocio.