En esta pasada 96º edición de los Oscar toda la lista de las celebrities más influyentes del momento brillaron con sus looks, a través de volúmenes, brocados, lentejuelas y colores. Sin embargo, como todos los años, los premios más prestigiosos de la industria del cine y del mundo del entretenimiento se reservan alguna que otra sorpresa para cegar todos los focos de la noche. Este año, uno de los escándalos más revindicativos ha sido la aparición de nuestra Barbie del mundo real, Margot Robbie, vestida de negro como símbolo de luto, y protesta ante la indiferencia de la Academia ante el fenómeno de su película Barbie.
Tras muchos meses de espectáculos rosas y derroches mágicos, la segunda actriz mejor pagada de 2023, según la revista Forbes, ha marcado el final de su era Barbiecore teñida de rosa y llena de éxitos —en la que ha cegado en sus diversas apariciones con continuos estilismos inspirados en la larga historia de Barbie—, con una clara declaración de intenciones.
La australiana ha lucido radiante en la alfombra roja más esperada de todo el año con un vestido entallado palabra de honor de Versace. Esta pieza confeccionada con lentejuelas adornada con frunces en la cadera, ha dado mucho de qué hablar, no solo por su figura impecable sino por su transcendente protagonista, el negro. El negro como la oscura venganza que este mismo manifiesta.
Margot Robbie —también representando su papel como productora de la película de Barbie de Greta Gerwig— junto con su maquillaje natural y su ‘no peinado’ ligeramente ondulado, viste una imagen elegante y minimalista, haciendo pública su posición frente a la Academia, de la misma forma que los académicos han reaccionado ante el éxito de Barbie, de manera mínima.
Después de que la historia basada en la muñeca rubia de Mattel haya batido innumerables récords, como el de película con mayor recaudación en taquilla con 536,4 millones de euros —destronando a El caballero oscuro de Nolan después de 15 años de reinado—, el reconocimiento otorgado de la élite cinematográfica ha sido mínimo, tanto ante la actuación de su protagonista Margot Robbie, como en la dirección de su directora Greta Gerwig, al no nominarlas a optar por la estatuilla dorada.
Con solo un galardón conseguido por parte de la categoría a mejor canción original, dado en mano a Billie Eilish por What Was I Made For?, la película del año ha conseguido el mismo resultado que el de una bomba atómica, un desenlace desolador.
En sus otras seis nominaciones, entre las que se encuentran categorías como mejor película, mejor actor y actriz de reparto para Ryan Gosling y America Ferrera, mejor producción, guión adaptado y vestuario, se ha quedado a las puertas de la gloria, convirtiéndose en una de las olvidadas junto a Los asesinos de la luna de Scorsese.
Si no fuera por las actuaciones del cómico show de Ryan Gosling con I’m just Ken o la emoción de Billie al cantar la canción principal de la película, Barbie no habría dejado ni un rastro de rosa en el escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles esta pasada noche del 10 y madrugada del 11 de marzo.
Margot Robbie ha pasado a la historia con su paso por la alfombra roja vestida de venganza, y aunque su reconocimiento debería de haber sido mucho mayor y mucho más sonado, la actriz ha dado dos giros de guión a la historia. El primero reflejado en su patrimonio, el cual no cesa de aumentar y crecer, tal y como publicó Forbes Women. Y el segundo, representado en su imagen, siendo una de las figuras más mediáticas e influyentes del panorama actual. Aún vestida de negro, la Barbie más querida ha robado todos los focos y redirigido todas las miradas.