La aerolínea JetBlue Airways ha anunciado este lunes que renuncia a comprar a su rival ‘low-cost’ Spirit Airlines tras el fallo judicial de un tribunal federal que bloqueaba la operación de 3.800 millones de dólares (3.500 millones de euros) aduciendo el previsible daño a la libre competencia en el sector.
Aunque las compañías han recurrido la sentencia, JetBlue y Spirit han emitido sendos comunicados en los que afirmaban que había quedado claro que no podrían superar los obstáculos legales para completar la fusión. En consecuencia, JetBlue abonará 69 millones de dólares (63,6 millones de euros) a Spirit en concepto de cancelación.
«Dados los obstáculos que quedan por superar, hemos decidido juntos que es mejor para los intereses de ambas aerolíneas avanzar de forma independiente», ha indicado la consejera delegada de JetBlue, Joanna Geraghty.
Por su parte, su homólogo de Spirit, Ted Christie, se ha mostrado «decepcionado» con que la compra no vaya a salir adelante, si bien se ha mostrado «confiado» en el futuro de la compañía, dado que ya habían anticipado que los requisitos regulatorios no la permitirían prosperar.
Spirit lleva varios años encadenando pérdidas a pesar de que las grandes compañías aéreas ya han vuelto a la rentabilidad tras normalizarse la demanda de vuelos después de la pandemia.
Sin embargo, JetBlue ya había amagado con retirarse del acuerdo en una declaración presentada en enero ante la Comisión del Mercado de Valores (SEC, por sus siglas en inglés) tras haberse reducido la capitalización bursátil de Spirit al entorno de los 700 millones de dólares (644,7 millones de euros), muy por debajo de la oferta inicial de 3.800 millones de dólares de JetBlue.