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Empresas

Cómo adelantar a la competencia

Los negocios son como la guerra en ocasiones, es necesario conquistar los territorios poco a poco. A diferencia de lo que ocurre en la guerra, la lucha laboral puede ser pacífica. Quizás hayas soñado con no tener competencia, pero has de saber que esto tampoco es bueno del todo. Es necesario usar la creatividad para ir conquistando los mercados poco a poco, día a día. Se puede seguir una estrategia militar, un plan muy pensado. Seguramente hayáis escuchado en múltiples ocasiones las frases que vamos a exponer a continuación, “El Arte de la Guerra” no pasa desapercibido para nadie. Esta es precisamente la perspectiva necesaria para adelantar a la competencia:

Ve siempre un paso por delante de tu enemigo

Para ello es importante que tengas conocimiento e investigues acerca de los competidores, pero sobre todo acerca del mercado. Tienes que ser capaz de entender cuáles son sus debilidades y cuáles son sus fortalezas. Del mismo modo, has de ser muy consciente de cuáles son las tuyas propias. La información es crucial para penetrar cualquier tipo de mercado. Sin una investigación y un plan en condiciones, difícilmente podrás ser capaz de adelantar a tus enemigos.

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Prepara un plan estratégico de batalla

Tu conocimiento sobre el terreno de negocios y sobre los competidores será crucial a la hora de determinar cómo puedes conquistar tu mercado. Es necesario que utilices todo este conocimiento, sumado a tu propio intelecto, para desarrollar una plan de batallo que no dé cabida a error. Precisamente, mediante las debilidades y las fortalezas de tus competidores, podrás trazar los pasos para ponerte por delante de ellos. Es como un plan de negocios, pero más creativo y ameno. Puede ser muy útil trazar todas las situaciones posibles que puedan darse por el camino y además, trazar un plan B para todas ellas.

Sé cuidadoso al escoger tus batallas

No tienes que luchar todas y cada una de las batallas que se presenten ante ti. Con todo el conocimiento previo adquirido, serás capaz de elegir las batallas que tienes que luchar y las que no. Si tienes clara la meta, tienes la mitad del camino hecho.