El pleno del Parlamento Europeo ha dado este jueves su visto bueno a la modernización de las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Chile, un marco de asociación que sumaba ya 20 años y que ha sido revisado no sólo para aumentar el acceso a sus respectivos mercados sino también para reforzar la cooperación en otros retos como el cambio climático o la diversificación energética.
En concreto, los eurodiputados reunidos en Estrasburgo (Francia) han adoptado tanto el Acuerdo Marco Avanzado UE-Chile como el convenio complementario para la liberalización del comercio y las inversiones, si bien la parte comercial necesita aún el visto bueno del Consejo y ser ratificado por los 27 países miembro y Chile.
Por primera vez en un acuerdo comercial negociado por la UE con un tercero el texto incluye un capítulo dedicado al comercio y la perspectiva de género que recoge el compromiso de ambas partes de eliminar la discriminación contra las mujeres. También hay disposiciones sobre política exterior, seguridad, desarrollo sostenible, energía y defensa del Estado de derecho y los Derechos Humanos.
«Este acuerdo ayudará a la UE y a Chile a lograr sus transiciones verde y digital. También abre nuevas oportunidades para empresas e inversores», ha celebrado el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, tras anunciarse el voto positivo de la Eurocámara.
En la práctica, la revisión del marco comercial supone que cerca del 99,9% de las exportaciones de la UE quedarán libres de aranceles, salvo en el caso del azúcar, con un incremento previsto de las ventas de la UE superior a 4.500 millones de euros. Además, quedan exentos de la plena liberalización los productos agrícolas más sensibles, como por ejemplo, la carne, ciertas frutas y verduras y el aceite de oliva.
Asimismo, el acuerdo pretende garantizar un mejor acceso a las materias primas y al combustible limpio, como el litio, el cobre y el hidrógeno; al tiempo que incluye compromisos vinculantes sobre obligaciones sociales, laborales y medioambientales basadas en las normas de la Organización Internacional del Trabajo y el Acuerdo climático de París.
«El acuerdo tiene una importancia geopolítica clave porque será el único acuerdo comercial con América Latina aprobado durante este mandato», ha destacado una de las ponentes de la posición europarlamentaria, la eurodiputada de Cs Soraya Rodríguez, para quien este pacto es «un claro ejemplo del compromiso político de la UE para fortalecer nuestra cooperación regional y reforzar nuestros lazos con un socio latinoamericano crucial».