En muchas ocasiones puedes haberte visto en una posición en la cual has mantenido tus pensamientos a raya por miedo a crear una disputa en el trabajo. Puede que te choque que haya muchas personas que no se preocupen por esto y no callen su verdad en ningún momento. También puede haberse dado el caso en el cual no hayas compartido tus ideas por miedo a que te juzgarán, y que hayas deseado ser esa persona sin miedo a las críticas. Esto es lo más normal del mundo.
A veces nos da igual decir lo que pensamos, lo que creemos que es nuestra verdad absoluta. Esto suele ocurrir cuando pensamos que nuestras ideas son tomadas a la ligera, y por lo tanto deja de importar el miedo, no tenemos nada que perder. Pero la mayoría de las personas suelen callar en el entorno laboral. El ser humano suele buscar la aprobación por inercia, buscamos hacer la paz y no la guerra. Al buscar esta aprobación sobre nuestras ideas, nos convertimos en seres más sensibles en cuanto a la reacción de los demás se refiere. Incluso nos obsesionamos con las críticas sobre nuestras ideas, olvidando lo que nosotros pensábamos en un primer momento sobre ellas.
Por todo esto, el ser humano termina callando y siguiendo la corriente, el pensamiento de los demás. Esto está explicado por “La teoría de la espiral del silencio.” Pensamos que no estamos contribuyendo a la sociedad, nos sentimos frustrados y acabamos por rendirnos. Esto es un error por muchos motivos. Nunca es tarde para enmendar los errores, para dar voz a nuestras ideas y evitar el malestar que pueden suponer las críticas. El criticismo puede ser una gran oportunidad para crecer, para aprender y salir reforzados de los golpes.
Amplia tu perspectiva
En ocasiones nuestras ideas resultan demasiado rígidas, es como si necesitaran un pequeño orificio para respirar, para crecer. Esto resulta muy común cuando contamos con un número muy limitado de experiencias. Una vez vamos creciendo, vamos entendiendo la complejidad del mundo y de las situaciones. No todo es blanco y negro, y eso precisamente es lo que hace a la vida tan maravillosa. En lugar de culparte o culpar a la persona que ha realizado una crítica negativa sobre ti o sobre tu idea, amplia tu curiosidad. Investiga y haz un poco de introspección para ver si realmente esa crítica es constructiva y puede ayudarte a mejorar.
Mejora tu entendimiento
Cada persona es diferente y tiene que lidiar con un gran número de situaciones a lo largo del día. Por ello, en lugar de juzgar a la persona o sentirte mal contigo mismo, intenta ponerte en los zapatos de la otra persona. Si de verdad crees que esa crítica estaba fuera de lugar, prueba a pensar en lo que puede estar pasando la otra persona. Esto no quiere decir que haya personas que critiquen por criticar, pero precisamente lo hacen porque en cierta forma algo falta en su vida, y este es su modo de desquitarse. No dejes que nadie tumbe tus ideas, y no lo hagas tú mismo.