Para los que no estéis familiarizados Coachella, debéis saber que es uno de los festivales de música más importantes del mundo. Beyoncé ha hecho historia una vez más al ser la primera mujer de color que lidera el cartel del festival. Ya lo hizo el año pasado, pero no pudo actuar debido a su embarazo, lo cual ha retrasado la espera de sus ansiados fans, que no son pocos, durante todo un año. Tras su actuación, las reacciones han sido fundamental positivas. Beyoncé es la definición de espectáculo, y el espectáculo es precisamente lo que el mundo necesita entre tanta sinrazón.
La cantante agradeció al festival el hecho de poder ser la primer mujer de color en conseguir este logro. Coachella es especialmente conocido por ser el festival de “los famosos” por excelencia. Ninguna celebridad se pierde este evento, aunque este año ellos pierden importancia para dejar paso a la igualdad. Aunque pueda dar la sensación de que vivimos en un mundo cada vez más abierto, más libre de estigmas, un mundo que quiere dejar atrás todas las injusticias hacia las minorías, resulta tremendamente complicado creer en ello cuando encendemos la televisión y vemos las noticias. Por ello, cada pequeño paso hacia la igualdad resulta una gran victoria para todos los creyentes.
Para muchas personas Beyoncé es simplemente una artista, pero es mucho más que eso. No importa que te gusta más o te guste menos, importa que es una de las pocas mujeres que se ha abierto paso en un mundo dominado por hombres. También es importante que sirva como ejemplo, ejemplo de que necesitamos políticas que consigan lo que Beyoncé está consiguiendo, necesitamos periodistas, necesitamos profesoras, necesitamos que todas las mujeres en su profesión tengan lo oportunidad de obtener algo grande, de ser iguales ante los ojos de las demás, sin importar su nacionalidad, su raza y su edad.
Puede que para la gran mayoría esto sea solo una actuación, pero quizás sea la oportunidad perfecta para abrir un debate sobre la importancia de la igualdad. La igualdad no es el dominio de unos sobre otros (a pesar de lo que en ocasiones nos quieran hacer creer), por ello las minorías no deberían resultar difíciles de aguantar para nadie por el simple hecho de expresar su verdad. Las personas se han acostumbrado a que la sociedad funcione de la manera en que funciona, a seguir un status quo que aunque es injusto, está establecido por inercia. Cada persona debe luchar por las cosas que cree que son las justas, por terminar con todos esos detalles que solo nublan un cielo que podría estar siempre despejado, y así dejar paso a un sol que brille para todos.