Iberdrola ha cerrado la venta del 55% de su negocio en México por unos 6.200 millones de dólares (5.717 millones de euros) en una operación que implica la venta de 13 centrales de generación con una capacidad instalada de 8.539 MW, de los que el 99% corresponde a ciclos combinados de gas y el 87% a plantas que operan bajo el régimen de Productor Independiente de Energía, contratadas con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En concreto, se trata de los ciclos combinados de gas, que operan bajo régimen de Productores Independientes de Energía contratados con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Monterrey I y II -449 MW-, Altamira III y IV -1.096 MW-, Altamira V -1.155 MW-, Escobedo -878 MW-, La Laguna -537 MW-, Tamazunchale I -1.179 MW-, Baja California -324MW-, Topolobampo II -917 MW- y Topolobampo III -766 MW-, junto con el activo eólico La Venta III -103 MW-, que suponen un 87% del total de la capacidad instalada a desinvertir, y los ciclos combinados de gas privados de Monterrey III y IV -477 MW-, Tamazunchale II -514 MW- y Enertek -144 MW-.
Los más de 460 empleados de estas instalaciones también pasarán a formar parte del fideicomiso liderado y gestionado por MIP (México Infrastructure Partners).
Esto equivale al 55% del beneficio bruto de explotación (Ebitda) en el país, incluyendo los contratos asociados y los empleos vinculados a la operación. Después, Iberdrola conservará 15 plantas, toda su actividad con clientes privados y su cartera de proyectos renovables para seguir incrementando sus activos eólicos y solares en el país en los próximos años.
La desinversión se ha cerrado de acuerdo con los términos acordados el pasado mes de junio y encaja dentro de la estrategia del grupo Iberdrola contribuyendo al cumplimiento de sus compromisos de descarbonización.
La operación ha contado con el apoyo financiero del Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin), de otras entidades financieras públicas vinculadas al Gobierno de México y de entidades financieras privadas.
Iberdrola cuenta en el país norteamericano con una cartera de más de 6.000 MW de proyectos renovables, de los que más de 2.000 MW se desarrollarán en los próximos cinco años, para asegurar energía a sus clientes privados contribuyendo al desarrollo renovable de México, que será imprescindible para el aprovechamiento de la oportunidad que ofrece las alianzas con Estados Unidos.