La comercialización de productos falsificados e imitaciones ha crecido desenfrenadamente en los últimos años. En 2008, este tipo de comercio suponía tan sólo un 1,9% del mercado mundial, cifra que fue ascendiendo hasta alcanzar en 2012 un 2,5% del comercio mundial.
Según un reciente informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el negocio en la sombra de las falsificaciones ha alcanzado un valor de 461 billones de dólares en la actualidad. Un valor que se ha visto potenciado por la venta online.
Asimismo, el mismo informe de la OCDE creado en colaboración con la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea alerta del peligro de este tipo de comercio, advirtiendo que se trata de “una amenaza económica importante que socava la innovación y dificulta el crecimiento económico”.
Los más perjudicados
El comercio de falsificaciones e imitaciones perjudica principalmente a las empresas que fabrican los productos originales, ya que se producen gracias a estos productos falsos la propiedad intelectual, las marcas y las patentes.
Rolex Nike, Ray Ban y Louis Vuitton son las marcas más perjudicadas por el mercado de las falsificaciones e imitaciones según los datos globales de incautación en aduanas. Por otro lado, las industrias más afectadas son la del calzado, la textil y la electrónica según el informe de la OCDE.
Por último, la OCDE también advierte del gran peligro que tienen este tipo de productos falsos en ciertos ámbitos como la industria farmacéutica o juguetera, ya que en ambos casos, un producto falso y de baja calidad puede poner en riesgo la salud y la seguridad de quienes lo consumen o utilizan
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