El 72% de la población española ya paga sin contacto y más del 60% considera que el dinero en efectivo es el medio de pago menos sostenible, según el XIII Informe de Tendencias de Medios de Pago de Minsait Payments, elaborado en colaboración con Analistas Financieros Internacionales (AFI).
Este estudio recoge las opiniones de más de 4.800 internautas bancarizados de España, Italia, Portugal, Reino Unido y Latinoamérica (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y República Dominicana).
Así, el informe concluye que los medios de pago digitales continúan su expansión, consolidando nuevas fórmulas de pago en un entorno de crecimiento que se mantiene, «aunque con ciertas restricciones», desde su despegue en 2020.
Así, la firma indica que, aunque la mayoría de los usuarios aún no identifican con claridad las implicaciones que tiene la elección de uno u otro medio de pago, el 61,8% de la población bancarizada ya asocia el dinero en efectivo como el medio con mayor impacto medioambiental, «muy por encima» del resto de alternativas electrónicas.
En esta edición, el informe muestra cómo se generaliza el uso de los pagos electrónicos en Latinoamérica y se acelera en Europa, donde cerca de un tercio de los europeos declara haberse incorporado a la digitalización de sus pagos en los últimos tres años, ante la irrupción de la pandemia del Covid y coincidiendo con el auge de otros medios de pago alternativos como Bizum, en España.
Así, actualmente, aplicaciones como Bizum, o Pix en Brasil y MBWay en Portugal están ganando popularidad para pagos entre particulares (P2P), desplazando en cierta medida al uso del dinero físico; el 52% de los españoles lo prefiere frente al 38% que sigue usando el efectivo.
En un mercado cada vez más marcado por la preocupación hacia la seguridad, el pago sin contacto (contactless) con tarjeta física es mayor en Europa que en Latinoamérica, y España lidera este índice, con un 72% de la población bancarizada optando por la opción digital en sus pagos.
De esta forma, el uso de dinero en efectivo pierde impulso y entre los medios de pago más utilizados, vuelve a destacar la tarjeta de débito en todos los países analizados. Hoy en día, más del 85% de la población bancarizada española dispone de una tarjeta de débito para hacer sus pagos, y el 56% afirma tener una tarjeta de crédito, cuyo uso es menor entre los usuarios.
La compañía señala que el descenso provisional en el uso de las tarjetas de crédito se puede vincular al contexto económico actual, donde la inflación y las altas tasas de interés animan a una utilización más cautelosa del crédito y abogan por la estabilidad y la reducción de deudas.
Se constata, además, un incremento de la tarjeta virtual que, hasta ahora, estaba principalmente asociada a la modalidad de prepago, y se amplía su aplicación a las tarjetas de crédito y débito. Un tercio de los españoles (el 37%) dispone de una y la mitad de los menores de 35 años analizados cuenta ya con una tarjeta de débito virtual.
La preferencia por el uso de la tarjeta entre la población española se traslada también a otras operaciones, como los pagos y compras online. El 66% de la población española sigue utilizando la tarjeta, siendo la modalidad de débito la más habitual. Además, la entrada de nuevas opciones va incrementando su presencia en los países.
En el mercado español impactan las billeteras digitales, utilizadas por el 19% de los españoles de forma habitual. Las criptomonedas, en cambio, o las soluciones Buy Now, Pay Later (BNPL), que permiten hacer compras y posponer los pagos, apenas son utilizadas por un 1% y 8% respectivamente de la población.
El dinero en efectivo pierde además impacto en los puntos de ventas presenciales y es superado por la tarjeta en países como España, Brasil o Chile, sumándose a la tendencia marcada desde hace años por otros como Reino Unido. Según el Informe de Tendencias de Medios de Pago, para el 53% de los agentes de la industria, de aquí a 2030 el dinero en efectivo será un método de pago complementario a los digitales.
En este sentido, y con el fin de dar respuesta a las demandas de unos usuarios cada vez más digitales, desde Minsait Payments también constatan en su reporte la necesaria digitalización de los pagos en el punto de venta, sea cual sea este, como un «claro» vector de crecimiento en el que concurren «numerosas propuestas innovadoras» sustentadas en la tecnología y en el tratamiento avanzado de los datos. El dinero en efectivo se mantiene en las pequeñas compras cotidianas, pero refleja un retroceso a favor de las opciones electrónicas.
PAGOS TRANSFRONTERIZOS Y REMESAS
Entre los hábitos registrados, es especialmente destacado el avance de los pagos transfronterizos que, según refleja el estudio, se espera que alcancen los 250 billones de dólares a nivel global en 2027 (crecerán 100 billones de dólares en apenas una década). Pese a su crecimiento, Minsait Payments señala que este tipo de pagos adolecen de ciertas fricciones aún por solucionar como elevados costes, lentitud o falta de transparencia en los procedimientos.
Los expertos consultados por Minsait Payments estiman que las remesas son el flujo de pagos cotidianos con mayor capacidad de mejora gracias a la digitalización. En 2021, del total de remesas enviadas a nivel global, los países del informe concentraron el 12,15%, realizadas mayoritariamente desde Reino Unido (4,31%, 33.000 millones de dólares), España (2,92%, 22.000 millones de dólares) e Italia (2,61%, 20.000 millones de dólares).
Generalmente, tal y como se puede apreciar en el estudio, los países económicamente más desarrollados contribuyen más al ser receptores netos de migrantes. Incluso en el seno de la región de Latinoamérica se constata este patrón: las remesas enviadas desde México o Argentina son superiores en valor que las enviadas desde Perú o Ecuador.
INMEDIATEZ, SEGURIDAD Y TRANSPARENCIA
Asimismo, el informe identifica otras variables necesarias para el avance y crecimiento de la industria de los pagos como la inmediatez de las transferencias digitales «más cotidianas» o la «necesaria eficiencia» en las operaciones, otra de las tendencias identificadas.
La seguridad, la facilidad de uso, la gratuidad y la rapidez, por ese orden, son los principales factores que determinan la elección de un medio de pago, recuerdan desde Minsait Payments, y el aumento de los riesgos y vulnerabilidades el mayor desafío que presenta el sector para los próximos cinco años según subraya la mitad de los agentes consultados. El estudio insiste por ello en el aumento de valores como la seguridad y abre una ventana de oportunidad para los servicios en la nube o la aplicación de inteligencia artificial en la prevención del fraude.
Asimismo, el informe recoge también la aspiración de regiones como Europa por digitalizar el dinero en efectivo e incentivar las monedas digitales de bancos centrales, que podrían modernizar y eliminar muchas de las fricciones e ineficiencias que aún hoy caracterizan a los pagos transfronterizos.
Por otro lado, el continente europeo prevé contar con su euro digital antes de 2030 y aunque son muy pocos los bancos centrales que han emitido sus propias monedas digitales (las denominadas CBDC), y ninguno de ellos europeo, el 33% de los agentes de la industria participantes en el informe considera que las CBDC jugarán un papel complementario a las monedas físicas durante la próxima década.
Por último, según los analistas consultados en el informe, las finanzas abiertas habrán de esperar a 2030 para convertirse en un «verdadero estándar» del mercado financiero, tanto en Europa como en Latinoamérica. A día de hoy, la multibancarización, como paso previo, ya es superior en Latinoamérica que en Europa donde la proporción de personas con más de una cuenta bancaria no llega en ningún caso al 50% (35% en el caso de España).