Muchas nos sentimos atraídas por el norte de Europa, pero pocas nos atrevemos a planificar una escapada en esa dirección en pleno invierno. Objetivamente hablando querida lectora, creo que hay dos motivos por las que una de nosotras viajaría a Berlín en febrero.
La primera es La Berlinale, el Festival de Cine Internacional que arranca hoy hasta el domingo 25 de febrero en Berlín, una razón de peso para aventurarse a la capital germana sin importar el clima. La segunda es por trabajo, asumo que es una cuestión laboral la que te lleva visitar una ciudad que oscila, de media, entre 4º y -1º grados. Aterrizar en el novísimo aeropuerto de Brandeburgo por turismo es una opción extrema aunque no descartable, digamos que tiene un componente de riesgo pero quizá seas una aventurera…
Para aquellas atrevidas que por una cuestión u otra estén en Berlín durante estos días, os propongo varios planes para estas diez fílmicas jornadas. Si bien los lugares que cito permanecen abiertos todo el año, cambian considerablemente en esta época por la intensidad que la industria del cine aporta al día a día de la urbe del oso.
Sentada con Cate Blanchett
Para Paola Álvarez, productora madrileña que ha formado familia en Berlín, el Festival no comienza hasta que una se sienta en el Berlinale Palast. El edificio, digno de admiración tanto si eres cinéfila como si no, podemos catalogarlo como una construcción de visita obligada de la ciudad diseñada por el octogenario genovés Renzo Piano. Está situado en la Plaza Marlene Dietrich autorreferenciando a su estrella autóctona, porque hemos aterrizado en su ciudad y al cine más grande de Alemania no se le puede pedir mejor ubicación. Allí se inaugura y se clausura La Berlinale. Recomiendo lanzarse sin mucha exigencia al pase que haya porque cualquier película será una experiencia inolvidable. En 2019 recuerdo haber entrado a ver Cenicienta, de Kenneth Branagh, sin más expectativa que la del ritual de dar inicio a mi estancia en el festival y al sentarme me di cuenta que compartía fila con Cate Blanchett, que se estaba viendo a sí misma en la pantalla. No subestiméis el poder del Palace…
‘Dachshound’, los perritos calientes que comen los artistas
A ocho minutos de allí y guiándoos por la lógica alemana de los nombres, os encontraréis con la calle Herbert-von-Karajan. Os recomendaría acercaros a una de las sedes internacionales de la música clásica, es decir, La Filarmónica de Berlín pero no a escuchar, sino a comer. Me emociona especialmente compartir con los mejores intérpretes del mundo los deliciosos dachshound (perritos calientes) o currywurst (salchichas troceadas) que ofrece el Foodtruck Gerresheim frente a la puerta de artistas. Allí acuden hambrientos entre ensayo y ensayo a devorar la Street Food alemana, que poco tiene que envidiar a la americana.
Noches del Festival
Es en el Holzmarkt25 el lugar donde se cierran las futuras producciones que en un año todas veremos en la gran pantalla. Este proyecto, que hereda el espíritu del referencial Bar25, lo podríamos describir como un pueblo dentro de la propia ciudad cimentado en madera y material reciclado a orillas del río Spree. Aquí se reúnen productoras, directoras y distribuidoras alrededor del fuego. A pesar del frío, el espacio funciona de catalizador para la puesta en marcha de cientos de proyectos que se concretan en esta sede durante la noche. Se sabe que la creatividad y la sexualidad vibran juntas, ¿A quién no le gustaría una inmersión en ese estado natural de las cosas?
Un buen combinado para celebrar
La agencia de ventas Good Fellas se ha exiliado voluntariamente del mercado de la Berlinale en un acto de rebeldía. El Mercado (European Film Market), en léxico cinematográfico, es el lugar destinado exclusivamente a la compra-venta de películas y series (cabe decir que Berlinale Series celebra este año su décimo aniversario), y sucede paralelamente al Festival de Cine. Esta empresa ha montado un chiringuito propio a las afueras del market para recibir a los agentes de ventas y a todo el que se acerque. Allí en un container a partir de las 19:00, podrás tomarte un buen cocktail y presenciar brindis por las nuevas adquisiciones del día.
Proyecciones por barrios
Una iniciativa que la Berlinale viene manteniendo desde hace años para salir de los circuitos más elitistas de la industria, es expandirse por los barrios seleccionando cines en toda la ciudad que proyectarán películas de su programación para mejor alcance de vecinos y visitantes. Sin duda es una buena excusa con la que descubrir nuevos emplazamientos y no seguir la ruta del turista habitual. Este año será especial porque reabren el Kino Zukunft , una superviviente a “la amenaza de la gentrificación” en palabras de Paola. Los berlineses están deseando también reencontrarse con el Sinema Transtopia reubicado por las obras de su anterior localización que después de años de reforma abre sus puertas. Podéis acercaros en estos links a la experiencia que sus propietarios viven con su apertura en esta 74 edición.
Un café por favor
Voy a desenmascararme, tanto o más que el cine, a mí lo que me gusta es el café. Estoy dispuesta a cruzarme la ciudad en una Felyx (la app de motos berlinesa) para ir a por un flat white a la altura de mi paladar. Nunca os defraudará cualquiera de los 5 Elephant (Mitte o Kreuzberg), son roasters (tuestan su propio café) y sus baristas son encantadores. Un consejo, si vas a consumir dos o tres cafés diarios, como es mi caso, compra tu vaso de Bambú (es caro y útil) y llévatelo al paso.
Pero si hace sol me decantaría por ir al Bonanza Coffee en Adalberts str 70. Sentarse en el jardín interior con el olor a café recién tostado para decidir las películas a visionar… es una pausa en el día que compensa.
La música electrónica y las subvenciones del gobierno
“Berlín es una de las pocas ciudades de mundo que considera la música electrónica una expresión artística” (Resident Advisor). El género está catalogado como forma de arte y recibe subvenciones del gobierno tan habituales como en España las destinadas a la música clásica. La música electrónica es un reclamo, como turista, como profesional y como ser humano. Yo aún no me he atrevido a pasar la criba del portero del templo del techno: El Berghain . Una discoteca con un estricto código de entrada que nadie adivina pero muchos sufren. Si buscas un espacio de baile sagrado y la hora de cola para entrar no te impone, (compensa según dicen las que han entrado), te animo a que te acerques. Sonia Fernández-Pan y Carolina Jiménez, expertas teóricas y prácticas en música electrónica, explican que existe una forma propia de moverse del Berghain que podrías reconocer en cualquier otra pista del mundo. Sonia y Carolina, en su brillante libro You got to get in to get out, fruto de la exposición homónima en la Casa Encendida, introducen el techno como un ritmo en el que reconocerse en el otro. Imitar el baile y el movimiento del otro, entrar en el trance de horas de música, contagiarse y contagiar.
Pero si lo que te gusta es escuchar música sin necesidad de bailarla debes apuntar dos espacios de venta y escucha. En HHV está toda la discografía de Charlotte de Witte, una agradable tienda de discos que completa la venta de vinilos con ropa y complementos techno. Mi inclinación personal es Hard Wax en Köpenicker Str. 70 porque es donde encontré el Long Play de la banda Liaison Dangereuses. Además aquí puedes pasar horas pinchando vinilos de beats con toda tranquilidad, ya solo entrar en su web te da una idea de la envergadura del lugar.
Fiestas privadas
Las productoras y distribuidoras se esmeran en sus convocatorias así, no hay noche de Berlinale en la que falte una buena fiesta. Eso sí, debes saber a quién preguntar si quieres entrar, son listas privadas y el acceso sin nombre es prácticamente imposible. Os dejo una guía rápida de las primeras fiestas de 2024:
El viernes 16 la agencia de representación de actores Fischer & Partner dará su evento en el Café Kess.
El sábado 17 es la noche de Salzgeber, la distribuidora alemana especializada en Cine Lgtbi+, que aún no ha compartido el lugar de la celebración.
El domingo 18 coinciden 2 fiestas… por un lado es el Festival de Locarno quien convoca a sus invitadas en FLUXBAU desde las 10 hasta la madrugada… Y por otro tenemos una de las fiestas más esperadas de Berlinale, la de la productora nórdica TRUST que se corona como las más inaccesible y deseada..
El martes 20 es la Embajada de España la que acogerá a los cineastas que acudan al festival, seguramente asistirá el miembro del jurado Albert Serra. Pero este año será especial pues esta cita funcionará como despedida del embajador sevillano Ricardo Martínez Vázquez que tan cuidadoso ha sido con la cultura española en la ciudad.
Restaurantes
Si después de unos días quieres salir de la gastronomía germánica de chucrut y frankfurts, no eres la única.
Para un antojo italiano, ve al Ristorante Sale e Tabacchi , el Director de Cannes probablemente estará allí. Eso sí, nada de glamour… esto es Alemania y hasta los italianos son austeros.
Otro italiano imprescindible es EL ESSENZA, más asequible e igual de concurrido por la industria.
Si estás dispuesta a todo lánzate al Pasternak, el restaurante Ruso donde está lo más granado y selecto del festival. Hay piano, debes estar preparada para una comida amenizada y una cuenta a la altura de las circunstancias.
A este premio de lugares que tener en el radar para los próximos 10 días en Berlín, le seguirá una crónica en primera persona del Festival, donde las mujeres, el cine y Berlín serán las protagonistas.
Tschüss!
* Julia de Castro es una artista multidisciplinar conocida sobre todo por su papel en Poquita Fe (Movistar Plus+); es co-directora de la película On the Go estrenada con mención especial en el Festival de Locarno.